Como el famoso cuadro de El Grito, esta antigua momia egipcia muestra una expresión desgarradora en su rostro. Ésta es la razón.
Hace 3,500 años, una mujer egipcia murió en una terrible agonía. Tal fue su dolor, que su cuerpo se convirtió en una momia con un grito plasmado en el rostro. Después de varias décadas de investigación, los arqueólogos han revelado que la ‘mujer que grita’ tenía muchos problemas de salud en vida y probablemente ese sufrimiento fue el que la llevó a la muerte.
«Las momias son contenedores que preservan bien restos antiguos. Usualmente se les conoce como cápsulas del tiempo porque pueden brindarnos información sobre personas del pasado,» declara el equipo de investigación en un comunicado.
Una caja de misterios
La expresión digna de un cuadro de Edvard Munch no fue la única razón por la que los investigadores se interesaron por esta mujer que grita. La técnica de momificación también era algo fuera de lo común. A diferencia del método clásico, donde se extirpaban todos los órganos menos el corazón, esta mujer conservó dentro de sí todos sus órganos, lo cual ayudó en el diagnóstico de su dramática expresión.
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Además, no era la única encontrada con la mandíbula distendida. Muy parecido al relajamiento de músculos cuando dormimos, al morir todas las partes del cuerpo se aflojan. En el caso de la mandíbula, se abre y deja una gran boca abierta. Sin embargo, gracias a la evidencia orgánica, los especialistas han determinado que se trataba de un grito de dolor.
«La expresión facial de la momia en este estudio se puede interpretar como un espasmo cadavérico, lo cual implica que la mujer murió gritando de agonía,» explica Sahar Saleem, radiólogo de momias en la Universidad del Cairo.
Más allá del grito
Acompañando su trágico rostro, la momia poseía ornamentación fúnebre. Los estambres que se ven alrededor de su cabeza, son parte de una peluca que se le colocó para el entierro. Asimismo, los cabellos estaban teñidos con enebro, resina y olíbano, materiales lujosos en el Antiguo Egipto ya que se importaban desde el Mediterráneo.
En una entrevista para LiveScience, Salem habló de la importancia de este estudio para recordar que las momias fueron personas en algún momento y es necesario tratarlas como tal.
«Este tipo de estudio humaniza a la momia y nos permite mirarla como un ser humano.»
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