Una fruta insignia de los veranos calurosos creció en el lugar más frío del planeta y además de un buen bocado, también llevó efectos emocionales positivos a los científicos de la estación rusa Vostok. El grupo de investigadores logró cultivar sandías en la Antártida, con el uso de la tecnología sin suelo.
Las jugosas sandías son originarias de Sudán, en África, por lo que su cultivo en un lugar gélido resultaba impensable. Las condiciones climáticas en la estación Vostok son las más severas de la Tierra, la temperatura mínima llega a los -70 °C y en el verano no rebasa los -30 °C. Por si esto fuera poco, en julio de 1983 registró la temperatura del aire más baja del planeta: -89,2 °C.
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En abril de este año, realizaron la siembra de dos variedades de sandía de maduración temprana, con capacidad para adaptarse a la baja presión atmosférica y las condiciones de oxígeno. Los investigadores utilizaron un sustituto de suelo de capa delgada, soluciones nutritivas e iluminación de espectro similar a la luz solar.
La polinización de las plantas la realizaron de forma manual, esta ocurrió a fines de mayo y en junio, los exploradores polares pudieron disfrutar de los primeros frutos.
«Los resultados del experimento son impresionantes: logramos cultivar las sandías más australes en las condiciones más duras de la Antártida, ¡el sabor y el aroma no son peores que los caseros!», expresó Andrey Teplyakov, geofísico líder del Instituto de Investigación del Ártico y la Antártida en la estación Vostok. «El tamaño de la fruta es de hasta 13 cm de diámetro y su peso es de hasta 1 kg. Naturalmente, todos los exploradores polares se alegraron de recordar el sabor del verano».
Andrey dijo que fueron advertidos de que la sandía era una fruta muy caprichosa para su cultivo; sin embargo, el proyecto fue exitoso. Ahora esperan una cosecha de pepinos no menos impresionante.
La estación destacó en un comunicado que las plantas también tuvieron un efecto positivo en el estado emocional de los exploradores. En Vostok, las personas pasan muchos meses aislados en condiciones con bajas temperaturas y espacio limitado.
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En el futuro, los científicos polares planean desarrollar tecnología para sumar nuevos cultivos. La siguiente etapa, el proyecto de hortalizas contempla la siembra de moras, fresas y arándanos.
En Vostok también se han cultivado con éxito tomate y pimientos, además de cultivos de hoja como rúcula, col, berro, mostaza, acelga, verdolaga, perejil, eneldo, albahaca y espinaca.
La Expedición Antártica Rusa del Instituto de Investigación del Ártico y la Antártida (AARI) ha destacado que la tecnología de cultivo está diseñada para que puedan trabajar con ella personas no especialistas, lo que amplía el rango de aplicabilidad.
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