En la selva de Colombia alguna vez floreció Santa María de la Antigua del Darién, la primera ciudad de América fundada en tierra firme.
Mujeres del noroeste colombiano desentierran la historia de Santa María de la Antigua del Darién, la primera ciudad de América fundada en tierra firme. Armadas con brochas y paletas, el grupo de indígenas explora en la selva los vestigios arqueológicos que guarda la gruesa capa de tierra.
La primera ciudad española establecida en el continente existió durante 14 años y alcanzó una población de aproximadamente 5.000 habitantes en su apogeo. Este lugar se encuentra ubicado en el departamento del Chocó, específicamente en el poblado de Tanela. Esta región que vio erigirse la primera ciudad ahora es asediada por la presencia de bandas del narcotráfico.
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Manos para desenterrar la primera ciudad de América
Santa María de la Antigua del Darién se fundó en 1510 y varios siglos después, los herederos de esas tierras recogen parte de ese pasado en el parque arqueológico de 50 hectáreas, de las cuales 33 corresponden a la ciudad ubicada ahora bajo tierra. Los trabajos son coordinados por el arqueólogo italiano Alberto Sarcina y pobladores del lugar, en su mayoría mujeres indígenas, negras y campesinas.
«Me gusta encontrar cositas que ni uno sabe hacer (…) me imagino cómo sería antes, que hacían su propia arcilla y no tenían que comprarla. Eran muy ingeniosos», dijo a la AFP Karen Suárez, de 28 años, tras hallar una pieza de cerámica.
La ciudad aún permanece en trozos de azulejos, clavos antiguos y cerámicas de las comunidades prehispánicas. También lo hace en lo que parece ser un muelle empedrado que es escarbado con palas y que podría tratarse de una de las posibles entradas fluviales. El antiguo lugar que recogió las riquezas de esas tierras, ahora también significa un apoyo remunerado para los habitantes del poblado, quienes cobran por excavar, restaurar y alojar turistas en sus casas.
«Aquí se empieza a desarrollar lo que será la conquista de todo el continente, aquí empieza el genocidio indígena (…) la llegada de poblaciones de África (…) el mestizaje y las resistencias a esa conquista», enmarca el investigador del Instituto Colombiano de Antropología e Historia, Alberto Sarcina, quien desde hace una década reconstruye la historia de la primera ciudad.
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Un pueblo con historia y sin luz
Alrededor de Tanela está la espesa selva del Darién que se extiende hasta Panamá. Este lugar, considerado una universidad a cielo abierto por su importancia histórica, carece de servicios básicos de calidad como electricidad constante, salud y educación.
Gilberto Buitrago, un restaurador de 67 años, se dedica a ensamblar los rompecabezas de Santa María de la Antigua del Darién con las piezas encontradas, que incluyen vasijas, figuras humanas, monedas, dagas y utensilios. Las mujeres colaboran con él en la tarea de limpiar y pulir estas piezas.
El restaurador y sus aprendices inician la jornada desde muy temprano con la tenue luz proporcionada por las linternas de los teléfonos celulares, los cuales logran cargar con la escasa energía que llega.
El declive de Santa María la Antigua del Darién
Cristóbal Colón llegó a la isla de La Española en 1492, hoy conocida como la República Dominicana y Haití, y creyó erróneamente que había alcanzado la India. Desde allí, dirigió expediciones a tierra firme y se establecieron asentamientos efímeros. Sin embargo, con la fundación de la primera ciudad trazó el proyecto de colonización en América.
La reubicación de la capital de Castilla del Oro a Panamá marcó el inicio del declive de Santa María la Antigua del Darién. La historia cuenta que en 1524, los esclavos se alzaron contra sus amos y prendieron fuego a la ciudad, que ya estaba prácticamente deshabitada. Las investigaciones arqueológicas han permitido documentar el incendio y los restos quemados.
Un museo con forma de herradura y techo de paja exhibe las piezas encontradas bajo tierra y la historia de la ciudad, tanto para turistas como para sus habitantes. Cuando cae la noche, este lugar se convierte en una sala de cine para los niños del pueblo.
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