Tristán da Cunha es el lugar habitado más remoto del planeta. Este archipiélago se encuentra al este de la dorsal mesoatlántica, de donde provino la materia que moldeó sus islas.
Tristán da Cunha, conocido como el lugar habitado más remoto del planeta, es un archipiélago en el Atlántico Sur, al este de la dorsal mesoatlántica. Este territorio, compuesto por varias islas, pertenece al Reino Unido y se encuentra a más de 2.400 kilómetros de Sudáfrica, su punto de conexión más cercano. Su ubicación resulta extraordinaria, al igual que los procesos geológicos que dieron origen a su formación.
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Tristán da Cunha, la isla habitada más remota
La isla principal, también llamada Tristán da Cunha, es el hogar de una pequeña comunidad de aproximadamente 250 habitantes. Este grupo vive en el único asentamiento del archipiélago, Edimburgo de los Siete Mares, establecido en el siglo XIX. Los residentes dependen de una economía basada en la pesca y la agricultura.
El acceso a Tristán da Cunha es complicado debido a su aislamiento. No cuenta con un aeropuerto, por lo que los visitantes deben llegar en barco, un viaje que puede durar varios días desde Sudáfrica. Esta dificultad para llegar refuerza la exclusividad del lugar y el ritmo de vida pausado de sus habitantes. Conexiones de radios, internet satelital y ocasionales barcos les permiten mantenerse en contacto con el mundo exterior.
Históricamente, el archipiélago fue descubierto en 1506 por el navegante portugués Tristão da Cunha, quien le dio su nombre. Sin embargo, no fue hasta el siglo XIX cuando los británicos tomaron posesión. En 1961, una erupción volcánica obligó a evacuar temporalmente a sus habitantes al Reino Unido, aunque la mayoría regresó después de la crisis.
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Las islas que emergieron
Las islas de Tristán se formaron por actividad profunda en el manto terrestre, lo que le otorga un valor geológico significativo. Su ubicación, a 400 km al este de la dorsal mesoatlántica (donde las placas tectónicas se separan lentamente), está relacionada con el magma que ascendió desde las capas más profundas de la Tierra, dando origen a este remoto archipiélago.
Este singular lugar en el Atlántico se originó a partir de un punto caliente, donde el magma ascendió desde el manto terrestre para formar las islas volcánicas actuales. Este proceso geológico dio lugar a su terreno escarpado y a su volcán central, que alcanza los 2.062 metros de altura.
Cerca de este archipiélago, en las profundidades del planeta, convergen las placas norteamericana y sudamericana con las de Eurasia y África. Mientras que en la superficie, está rodeado de una biodiversidad excepcional que incluye aves marinas, pingüinos y una rica fauna marina.
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