Este hombre está cruzando el Antártico, a pie y solo

Se trata de un ex oficial del Ejército británico. Tiene 55 años de edad, y pasará hasta 80 días en uno de los ambientes más aislados del planeta.

Al llegar el verano al Hemisferio Sur, un explorador antártico veterano espera inscribir su nombre en el libro de récords polares justo en el centenario de la aciaga Expedición Endurance de sir Ernest Shackleton. Henry Worsley, ex oficial del Ejército británico, de 55 años, intenta convertirse en la primera persona en cruzar el continente Ártico por su cuenta, sin apoyo ni asistencia.

Shackleton ni siquiera inició el recorrido, pues poco después de llegar, su barco quedó atrapado en el hielo del mar de Weddell y junto con su tripulación de 28 hombres, pasó los dos años siguientes en una lucha épica por la supervivencia (el primer cruce por tierra ocurrió en 1958, cuando el explorador británico Vivian Fuchs ?con apoyo de Edmund Hillary, el primer conquistador del Everest– utilizó dos tractores de nieve mecanizados).

¿Por qué intenta cruzar el helado fondo del mundo a pie, en solitario, sin la propulsión de perros o cometas ni el apoyo de suministros aéreos? Contactamos a Worsley por Skype mientras se prepara para su expedición en Punta Arenas, Chile, donde aguarda por una ventana de clima. Su intención es volar, esta semana, a la base de Antartic Logistics and Expeditions (ALE) en el Campamento Glaciar Unión.

Mucha gente ha cruzado el Antártico. ¿Qué tiene de particular tu viaje?

Varias expediciones han cruzado el Antártico desde que Amundsen alcanzara el Polo Sur [en 1911], pero todas han tenido ayuda y apoyo de tractores, perros, cometas y entregas aéreas de alimento y combustible. Cecilie Skog y Ryan Waters realizaron el primer cruce ?sin apoyo? en 2010, pero lo hicieron como pareja. Yo intento ser el primero en lograrlo solo.

¿Acaso el explorador noruego Børge Ousland no fue el primero que cruzó el Antártico en solitario y sin apoyo en 1996-1997?

Así es. De hecho, hemos estado en contacto para los detalles de su ruta e itinerario. Lo que hizo fue asombroso y no soy digno de compararme con él, pero usó una cometa [para tirar del trineo]. Lo de las cometas tal vez sea cosa de británicos. Creo que [Robert Falcon] Scott no habría aprobado el uso de cometas [igual que el uso de perros], aunque imagino que Amundsen habría usado todos los perros posibles sin importar la opinión de los demás.

[Nota del editor: Amundsen también utilizó una cometa en su trineo cuando se convirtió en el primero en alcanzar el Polo Sur].

¿Cuál es la relevancia actual de cruzar el Antártico usando nada más la tracción humana? ¿Hay algún beneficio para la humanidad?

Desde niño me ha fascinado la historia de la exploración polar, tal vez porque Frank Worsley, capitán del Endurance, era mi primo lejano. Durante mi carrera de 36 años en el Ejército, del cual me jubilé hace apenas dos semanas, siempre aspiré a emular las cualidades de liderazgo de Shackleton. Y creo que sería estupendo que el mundo supiera más sobre la clase de hombre que fue. Otra razón por la que emprendo esta expedición es para dejar un legado financiero para soldados lesionados, en una beneficencia llamada el Fondo Endeavor. (Lee: La guerra invisible en el cerebro)

Tu primera expedición al Polo Sur fue en 2007 y entonces tenías 48 años. Ahora tienes 55. ¿Por qué esperaste tanto para emprender estas expediciones polares?

A menudo he reflexionado en ese punto y termino preguntándome, ?¿Por qué rayos no hice algo así cuando tenía 20 o 30 años??. Pues bien, entonces estaba en el Ejército, tenía un empleo, aunque siempre puedes encontrar la manera de hacerlo. Me parece que dar el paso es cuestión de agallas y en esos días, no las tenía. Me ponía nervioso. Solo veía el lado negativo, como hacen muchos cuando contemplan un proyecto osado y peligroso. Fue hasta el centenario de la Expedición Nimrod cuando pensé: ?Basta, jamás vas a decirte, así que hazlo de una vez?.

Muchos países, como China, tienen la mirada puesta en los recursos del Ártico, y algunos han especulado sobre el futuro del Antártico como un territorio salvaje protegido. ¿Cómo percibes el futuro del continente?

Me gustaría que el mundo fuera suficientemente capaz de aprovechar la energía renovable para que ni siquiera contemple la explotación del Antártico. Los aventureros polares suelen hacerse pasar por científicos y dicen que van a ?crear conciencia sobre el calentamiento global? y todo eso. No creo que gente como yo podamos aportar algo a la ciencia con nuestros viajes. Todos saben que los casquetes de hielo polar están derritiéndose.

Pareciera que las verdaderas ?primicias? en el mundo de la exploración son cada vez más difíciles de hallar. ¿Encuentras que tienes que torcer las cosas de manera que tu propuesta resulte atractiva a los patrocinadores?

Una primicia ayuda, pero de ninguna manera garantiza el patrocinio. Y torcer las cosas, jamás. Terminarían por descubrirte. (Lee: 106 días solo en el mar)

Un aspecto de la historia de Shackleton que suele pasarse por alto es que su vida doméstica era un desastre. Solía abandonar a su esposa y sus tres hijos durante años y supuestamente, pasaba de un fracaso de negocios a otro. ¿Has tenido dificultades para equilibrar tu vida doméstica y tus expediciones polares?

Cometí un terrible error en mi primera expedición al Antártico. Era un proyecto a cinco años y no involucré a mi mujer y a mis hijos. Estas expediciones son odiseas muy egoístas y si no tienes el respaldo de tu familia cuando estás deslizando un esquí frente al otro, tu viaje se vuelve muy largo.

¿Por qué haces esto solo?

Quiero que el éxito o el fracaso quede completamente en mis manos. Lo que empiezo a entender en este momento, sentado en la habitación del hotel, es que el viaje en solitario comienza en el instante en que te despides de tus seres queridos en el aeropuerto. Por la noche, me siento en el bar a solas en vez de reunirme con compañeros de equipo. Así que, una vez que inicie el viaje, estaré muy aliviado.

?Lo que empiezo a entender en este momento, sentado en la habitación del hotel, es que el viaje en solitario comienza en el instante en que te despides de tus seres queridos en el aeropuerto?.

¿Hay posibilidad de rescate si algo sale mal?

Ah, sí. Eso está estrictamente controlado. Tengo que comunicarme cada 24 horas con ALE, donde hay un médico y un avión ligero. Si no reciben dos llamadas, saldrán a buscarme con base en mi última posición GPS. La llamada telefónica es un poco molesta, pero puedo limitarla a casi un minuto y después, tendré el resto del tiempo sin intervención alguna de la mano del hombre, que es justo lo que busco.

Pretendes pasar a solas alrededor de 75 a 80 días, en uno de los ambientes más difíciles y aislados del planeta. ¿No te asalta algún temor?

No, ninguno, en realidad. Sé que sufriré las primeras semanas y que habrá días malos. Existen inquietudes, porque hay una ventana muy estrecha en términos de clima y tendré que aprovechar los días al máximo para completar el viaje. Pero soy un hombre positivo, en general, así que voy a esforzarme y seguiré adelante.

¿Cómo te sentirías al estar en el casquete antártico, mirando al horizonte y de pronto, vieras a otra persona y te dieras cuenta de que sigue una ruta que converge con la tuya?

Eso de veras me pondría furioso.

Esta entrevista ha sido editada por su extensión y para mayor claridad.
Mark Synnot, autor de esta historia, es un alpinista profesional radicado en Nueva Hampshire.