National Geographic presente en el Inventario Nacional Forestal de Perú
National Geographic en español acompañó al equipo formado por integrantes de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Centro de Conservación, Investigación y Manejo de Áreas Naturales (CIMA) y el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado, del Ministerio del Ambiente de Perú, para documentar cómo se realiza el Inventario Nacional Forestal, una herramienta que servirá como base para una nueva política ambiental en el país que considerará la conservación como palanca del desarrollo social y económico sustentable, así como para garantizar la seguridad alimentaria y calidad de vida de las poblaciones que dependen del bosque.
El Parque Nacional Cordillera Azul, una zona protegida de más de 1 350 000 hectáreas de selva alta intacta, es resguardado por un grupo de profesionales que monitorean y controlan el acceso y la explotación de los recursos para proteger la compleja biodiversidad de este territorio amazónico de Perú.
Luego de varias horas de caminata desde Alto Jorge Chávez, una de las comunidades aledañas del parque nacional, llegamos al puesto de control 16 Chambirillo, el cual era uno de los casi 350 refugios de taladores furtivos que deforestaban la selva antes de que fuera declarada zona natural protegida en 2001. Hoy, el equipo de guardaparques se encarga de patrullar la zona para evitar las amenazas ambientales que representan la minería, tala y caza ilegal.
?Sin protección se habrían deforestado alrededor de 18,000 hectáreas entre 2008 y 2012, lo que equivale más o menos a siete millones de toneladas de carbono que se han evitado emitir a la atmósfera?
Explica Rubén Paitán, director del Programa Parque Nacional Cordillera Azul de CIMA; eso sin mencionar la cantidad de agua que no habría sido almacenada y filtrada por los árboles.
El levantamiento de datos del Inventario Nacional Forestal tiene un enfoque multipropósito cuyo objetivo es aportar soluciones integrales a los principales problemas ambientales e incentivar políticas de mejoramiento de sostenibilidad ecológica, social y económica en el territorio peruano. Por ello, el inventario toma en cuenta el aspecto forestal, así como avistamiento de especies, niveles de CO2 y aspectos socioeconómicos de las poblaciones adyacentes a las zonas protegidas. Mediante muestras representativas de la riqueza forestal, el proyecto contempla recopilar información en 1,876 parcelas extendidas en todo el país hasta 2018.
?Este inventario nos ayudará a saber cuál es nuestro patrimonio forestal y, de acuerdo con eso, comenzar a ordenar el territorio y las actividades que podemos desarrollar. Así podremos tomar decisiones e incentivar acciones productivas sustentables?, comenta Frank Oyola, jefe del Parque Nacional Cordillera Azul.
Las comunidades que viven de la selva alta y los recursos naturales de Cordillera Azul se ubican en una zona de amortiguamiento que rodea el núcleo del parque nacional, virgen y protegido. Gracias al esfuerzo de los involucrados en el proyecto y una muy importante política de inclusión social, se proporciona información sobre cómo afecta la sobreexplotación del capital forestal y, mediante apoyo logístico, se implementan políticas sociales y metodología para utilizarlos responsablemente. En la actualidad, los habitantes de las poblaciones colindantes fungen por antonomasia como guardianes de su propio patrimonio natural.
?Nuestro modelo de intervención tiene como objetivo estabilizar el uso de las tierras y manejar los recursos naturales. Ayudamos a las comunidades a que mejoren su calidad de vida en cinco aspectos: además del económico, el natural, cultural, político y social ?dice Rubén Paitán?. Ellos mismos construyen la planificación estratégica según sus prioridades?.
Este trabajo, iniciado en 2012, dará a conocer empíricamente el potencial de los bosques para la economía nacional y el desarrollo social a través de la coexistencia ecológica. Cordillera Azul es tan solo la punta de un alfiler: el compromiso de las personas que integran este equipo interinstitucional es llegar a los lugares más recónditos de Perú para proteger el legado natural y proporcionar la información necesaria para que las altas esferas políticas tengan la convicción de que los bosques no solo son esenciales para la vida, sino una oportunidad para el progreso sostenible de la humanidad.