Una cripta en Vilna, Lituana, brinda luces sobre la vida y la salud en los siglos 18 y 19.
Tras su muerte, los residentes más ricos y prominentes de Vilna, Lituania, en el siglo 18, eran enterrados debajo de la Iglesia Dominicana del Espíritu Santo, en el centro de la ciudad. Décadas más tarde, eran acompañados por los cuerpos de las tropas napoleónicas que habían perecido mientras iban a casa en Francia, después de su derrota en Rusia.
Las tumbas también eran empleadas por los vivos. Cuando Vilna fue invadida por el ejército polaco en la Primera Guerra Mundial, y por los nazis en la Segunda Guerra Mundial, la cripta fue utilizada como un refugio antiaéreo. Pero los cadáveres guardados en el interior resistieron, aun cuando los soviéticos trataron de convertir los sótanos ocultos en un museo para exaltar el ateísmo.
(Mira algunas de las más espeluznantes imágenes del proyecto de Piombino-Mascali: Fotogalería)
?Esas personas enterradas ahí estaban descansando y al mismo tiempo eran testigos de los hechos históricos que caracterizaron a esta ciudad?, dice el antropólogo italiano Dario Piombino-Mascali, quien ha estado estudiando los restos durante cinco años.
Más de la mitad de los cuerpos en la cripta de Lituania se descompusieron rápidamente, dejando tras de sí nada más que restos óseos. Pero por alguna razón ?tal vez la época en que murieron, aunada al clima subterráneo consistentemente seco? otros cuerpos se marchitaron y, naturalmente, se convirtieron en momias. En lugar de transformarse en esqueletos, la piel se conservó intacta y las características faciales se mantuvieron reconocibles.
De hecho, 23 de las momias de la cripta se mantienen en perfecto estado. Piombino-Mascali, becario de National Geographic, las puso en un escáner CT, tratando de aprender más sobre la vida y la salud en los siglos 18 y 19. Las momias son tan importantes como las del antiguo Egipto, dice, ya que permiten a los científicos comparar problemas de salud actuales con los de un pasado no tan distante.
Antes de los hallazgos de Piombino-Mascali, las arterias obstruidas se veían principalmente como un padecimiento de la modernidad, aunque en las momias egipcias ya se habían observado arterias endurecidas. De hecho, las momias de Vilna presentan signos de obesidad y sedentarismo.
En la mayoría de los cadáveres también se observaron signos de caries en los dientes. Y varios, claramente, padecieron tuberculosis. Una niña presentaba un defecto de nacimiento y una deficiencia vitamínica que afecta los huesos, y que pudiera tener su origen en la vergüenza de su familia.
La gente de Vilna solía pensar que las criptas estaban embrujadas, creyendo que muchos de los cadáveres correspondían a víctimas de la peste y que la enfermedad podía propagarse a los vivos. Piombino-Mascali, quien también ha guiado la investigación sobre momias en Sicilia, dice que su trabajo ha dado a los residentes de Vilna un panorama más realista de la cripta y de su propia historia.