un equipo averigua el pasado más cálido de Groenlandia.
Cuevas inexploradas. Un terreno agreste y helado. Enjambres de mosquitos ansiosos de sangre humana. Parece la premisa de una nueva película de ciencia ficción. Pero para Gina Moseley, becaria de National Geographic y espeleóloga de la Universidad de Innsbruck, Austria, no solo es una realidad científica, sino una oportunidad única para descifrar el pasado climático de la Tierra.
?Es algo que he querido hacer desde que estudiaba el doctorado?, dice Moseley, quien a principios de año dirigió una expedición a las cuevas que rodean Centrum Sø, un lago en el extremo nororiental de Groenlandia. Las grutas de la apartada región se cuentan entre las más septentrionales jamás exploradas por humanos y las rocas que albergan en su interior ?formadas lentamente por filtración o goteo de agua en las cavernas- contienen pistas químicas.
Al analizar el contenido de carbono y oxígeno de las rocas, Moseley y su equipo podrán reconstruir el clima regional de hace 200,000 a 500,000 años, una época en que el noreste de Groenlandia era más cálido y húmedo, y que los investigadores modernos no conocen bien. (Lee: Las lagunas que desaparecen)
?A partir [de estas rocas], podríamos reconstruir un registro climático más antiguo que el límite actual marcado por el núcleo de hielo de Groenlandia. Un periodo completamente nuevo?, afirma Moseley.
El registro más detallado mejorará las predicciones científicas sobre la respuesta de la Tierra al cambio climático provocado por el hombre, y también proporcionará detalles de la reciente época del Pleistoceno, lapso de dos millones de años caracterizado por lentas fluctuaciones de calor y frío.
Pero para llegar a las rocas, Moseley y cuatro colegas tenían que volar más allá de los 80 grados norte, hasta un paisaje desolado que solo han visitado un puñado de expediciones geológicas, y cuya presencia aún puede sentirse. En determinado momento, Moseley y sus colegas encontraron ?e incluso consumieron- comida enlatada que abandonó una expedición a las cuevas, organizada en 1960.
También tuvieron que lidiar con terrenos a veces peligrosos y la amenaza de ser devorados? por hordas de moquitos, cuyas poblaciones se han incrementado drásticamente a causa del acelerado calentamiento del clima.
Video: El día y la noche en Groenlandia
Con todo, Moseley no se arrepiente. ?Cuidar del ambiente; cuidar de la naturaleza?, dice. ?Tiene mucho que ofrecer y tenemos mucho que aprender de ella?.
En esta galería damos un vistazo entre bastidores a la expedición de Moseley y al trabajo de los científicos en las condiciones extremas de algunas de las cuevas más septentrionales del mundo:
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