Conoce el origen de estos agujeros:
En el 2017 un grupo de investigadores, compuesto por científicos de la Universidad de Toronto y del «Southern Ocean Carbon and Climate Observations and Modeling» (SOCCOM), estaba monitoreando diferentes regiones de este continente cuando descubrieron un “agujero”.
Este agujero, conocido como polinia, es el más grande que se ha detectado desde la década de 1970 en el mar de Weddell. Con unos 80 mil kilómetros cuadrados, tiene la extensión aproximada de Panamá.
«Es simplemente sorprendente que esta polinia se haya ido por 40 años y luego haya regresado» declara Kent Moore, profesor de la Universidad de Toronto. «El agujero es bastante notable. Parece como si alguien acabase de hacer un agujero en el hielo con un golpe. Si no tuviéramos un satélite, no sabríamos que está ahí» agregó.
El duro invierno en la Antártida dificulta encontrar agujeros como este, por eso también resulta complicado estudiarlos.
Las aguas profundas, en esta parte del océano Antártico, son más cálidas y saladas que las que se encuentran en la superficie. Las corrientes oceánicas hacen que el agua más caliente ascienda, y esto provoca que se derritan las capas de hielo que se han formado sobre la superficie del océano.
El agujero expone el agua a la atmósfera de forma continua, dificultando la formación de nuevas capas de hielo. Cuando el agua más caliente se enfría al entrar en contacto con las gélidas temperaturas de la atmósfera, se hunde. A continuación, se retira hacia zonas más profundas, permitiendo que este ciclo se repita.
Los expertos aseguran que es muy probable que los mamíferos marinos estén utilizando estos agujeros para respirar.
Moore sostuvo que todavía es prematuro culpar al cambio climático de la aparición del enorme agujero. Sin embargo, los científicos advirtieron que este fenómeno natural puede tener un impacto considerable en los océanos.
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