El arte rupestre en unas cuevas de Argentina resultó más antiguo de lo que indicaban las primeras investigaciones.
Desde la antigüedad y en diferentes culturas, las cavernas se han considerado puntos de conexión con lo divino. Dentro de estos recintos rocosos nuestros antepasados plasmaron su vida cotidiana e incluso su cosmovisión, dándole forma y sentido a un mundo inexplicable. A su vez, crearon la primera manifestación artística de la humanidad.
Hoy, investigaciones en la sierra de El Alto-Ancasti, en Argentina, sugieren que esos pictogramas pudieron servir a un propósito aún más elevado. Esudios morfológicos de los motivos, análisis químicos de los pigmentos y excavaciones de los pisos de las cuevas, descubrieron una cronología más compleja.
Las primeras investigaciones apuntaban a que este arte pertenecía a la cultura Aguada (600-900 d.C.), pero ?los nuevos estudios indican diferentes eventos de pintado, desde anteriores a esta cultura y hasta inicios del siglo XX- dice Lucas Gheco, becario del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas e investigador de la Escuela de Arqueología de la Universidad Nacional de Catamarca-.
Residuos de fogatas antiguas, instrumentos cerámicos, metálicos y restos óseos indican actividades de hace cientos o miles de años, quizá vinculadas a rituales que recién comenzamos a entender?.
Cada representación oculta el trazo de una historia que podría confirmar las teorías que en todo el mundo vinculan el arte rupestre con el chamanismo.
Conoce a Lucas Gheco, el explorador que lidera la investigación en las cuevas en Argentina:
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