En la oscuridad de la noche, ladrones armados con tenazas y jaulas sustraen, de los de zoológicos y las colecciones privadas de todo el mundo, muchas especies en peligro de extinción.
Crece el mercado negro de especies en peligro de extinción.
En la oscuridad de la noche, ladrones armados con tenazas y jaulas sustraen, de los de zoológicos y las colecciones privadas de todo el mundo, muchas especies en peligro de extinción. El mes antepasado, cerca de 50 aves exóticas fueron robadas de una colección privada en el Reino Unido.
En diciembre, una valiosa pareja de loros grises africanos desapareció del Zoológico de Adelaide, en Australia. Y el año pasado, una rara variedad de chacahuala (Sauromalus obesus) fue sustraída del Zoológico de la Ciudad de Oklahoma, Estados Unidos.
John Hayward, antiguo oficial de policía que ahora dirige el Registro Nacional de Robos de Gran Bretaña (una base de datos sobre animales robados), afirma que el robo de especies exóticas y amenazadas va en aumento. «Si alguien quiere un animal exótico, lo más probable es que no vaya a buscarlo a un bosque tropical -señala-. Es mucho más fácil forzar la entrada de una colección privada o entrar en un zoológico y robarlo».
Añade que el año pasado, cinco de los 60 zoológicos de Inglaterra se convirtieron en blanco de un grupo criminal, que se llevó unos 200 ejemplares, en su mayoría aves exóticas, pequeños primates y reptiles raros.
Mercado negro de animales exóticos
Hayward afirma que los animales robados terminan en negocios de mascotas, zoológicos ambulantes o colecciones privadas, y algunos se utilizan en programas de reproducción. La motivación principal es el dinero. Cuanto más rara o amenazada esté la especie, más alto será su valor en el mercado negro.
«Consideramos que este tipo de actividad criminal es muy semejante al robo de obras de arte y antigüedades», explica Hayward. Agregó que, casi siempre, los animales son transportados a distintos países, lo cual dificulta la captura de los ladrones.
Por ello, Hayward desea que otras naciones creen sus propios registros de robo de animales exóticos o establezcan sociedades con su agencia. Piensa que una red mundial serviría para incrementar la recuperación de animales robados y podría conducir a una mayor cantidad de arrestos.
Harry Schram, director de la Asociación Europea de Zoológicos y Acuarios (EAZA, por sus siglas en inglés), organismo de 306 miembros con sede en Ámsterdam, declaró que casi 40 % de los zoológicos han sido atracados. Por esta razón, están reforzando la seguridad de las instalaciones en un esfuerzo para impedir ingresos ilícitos.
«Estamos tratando de contener el problema», afirma. Sin embargo, el esfuerzo tiene un precio muy elevado. El costo de las medidas de seguridad adicionales resta fondos para importantes programas de reproducción y conservación, señaló.
Además de instalar cámaras y contratar guardias de seguridad, la mayoría de los zoológicos implantan microchips de identificación en sus animales, de manera que cuando alguno sea robado, la policía y otras instancias de la EAZA puedan ser informados inmediatamente.
«Tratamos de intercambiar toda la información posible con otros zoológicos y coleccionistas privados -comenta Schram-. Todos tenemos interés en detener el robo de animales». Para evitar que ladrones y comerciantes se enteren del verdadero valor monetario de sus presas -y con suerte, acabar con la tentación de robarlos-, los zoológicos europeos no ofrecen animales en venta.
«A menudo el intercambio de animales sólo conlleva el costo de transportación de un zoológico a otro -explica Schram-. No tienen valor económico dentro de la comunidad de zoológicos de la EAZA.»
Racha de robos en Estados Unidos
Los zoológicos europeos no son los únicos que deben enfrentar este problema. Diversas instalaciones estadounidenses también han perdido valiosos animales. Dos hembras koalas fueron robadas hace siete años del Zoológico de San Francisco.
Al parecer, los ladrones treparon al techo de la exhibición zoológica y entraron por un tragaluz. Tras recibir una pista anónima, la policía recuperó a los marsupiales. En fecha más reciente, un lagarto chino de 3.6 kilogramos, llamado Mr. Grumpy, desapareció del Zoológico Ellen Trout, en Lufkin, Texas. Los funcionarios de la institución creen que el raro reptil fue robado.
El director del zoológico, Gordon Henley, declaró que no había señales de que alguien hubiera entrado por la fuerza, aunque no es difícil escalar la pared de vidrio de dos metros de altura que rodea la exhibición. Varios visitantes lo han hecho para fotografiar a los reptiles.
Agregó que no es la primera vez que sucede algo así. Más o menos cada 10 años roban un animal, asegura Henley. Sin embargo, mantiene la esperanza de recuperar al reptil de un metro de longitud que desapareció en diciembre. «Ya hemos tenido bastante éxito atrapando a los ladrones, si es que acaso este fue robado», afirma.
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