Cámaras de vídeo ultraligeras, sujetas a las plumas de cola, revelan que los cuervos silvestres son capaces de utilizar herramientas.
Los aparatos permiten un mayor acercamiento al comportamiento de los cuervos
Cámaras de vídeo ultraligeras, sujetas a las plumas de cola, revelan que los cuervos silvestres son capaces de utilizar herramientas. Este estudio, el primero en su tipo, revela que los cuervos de Nueva Caledonia usan una mayor variedad de herramientas y técnicas de forrajeo de lo que antes se pensaba, afirman unos investigadores.
Hasta ahora, el estudio de estas aves en cautiverio había demostrado que la especie posee asombrosas habilidades cognitivas y una gran destreza para producir herramientas. Estudios de campo sobre los despojos que dejan las aves (por ejemplo, las hojas rasgadas en tiras que hacen las veces de sondas) sugieren que el uso de herramientas también es común en las poblaciones silvestres.
No obstante, los investigadores disponían de contadas observaciones directas de cuervos que fabricaban y usaban herramientas en su ambiente natural, debido a la dificultad de observar directamente sus conductas en el denso hábitat forestal.
Los cuervos de Nueva Caledonia habitan en bosques montañosos de las islas del Pacífico Sur y en estado silvestre. La especie es muy sensible a la presencia de observadores humanos. Un equipo de investigación dirigido por Christian Rutz, de la Universidad de Oxford, Inglaterra, resolvió el problema al instalar minúsculas cámaras en las plumas de cola de algunas aves.
Los dispositivos, de escasos 13 gramos, permitieron lo que hoy se considera la mayor aproximación a la conducta de los cuervos en su ambiente natural. «?El lente se extiende sobre las plumas centrales de la cola y se asoma entre las patas del ave -explicó Rutz-. De esta forma se obtiene una imagen de parte del vientre y lo que esté enfrente del cuervo».
Conductas inesperadas
Aunque la intención principal del estudio piloto era demostrar la nueva tecnología, los investigadores obtuvieron importante y novedosa información sobre la vida de los cuervos en la espesura. «?Las siete horas de vídeo [captadas con 12 cuervos distintos] permitieron realizar más descubrimientos que cientos de horas de observaciones de campo», apuntó Rutz.
Los investigadores ya sabían que los cuervos usaban varas u hojas para «pescar» larvas de escarabajos en troncos muertos. Sin embargo, las escenas de vídeo revelaron que las aves también buscan alimento en el suelo e utilizan una herramienta hasta ahora desconocida: briznas de hierba con las que mueven materia suelta en busca de insectos.
«El hecho de que utilicen herramientas en tierra firme demuestra que el nicho que explotan con sus herramientas es mucho más amplio de lo que se creía hasta ahora», señaló Rutz. Otro descubrimiento fue que los cuervos no siempre se limitan a utilizar cualquier vara o tallo que encuentran cerca. En un caso, comentó Rutz, una de las herramientas predilectas se utilizó durante largo tiempo y se transportó al vuelo de un lugar a otro.
Crittercams más pequeñas
Cada cámara contenía un transmisor de radio que les permitía a los investigadores rastrear la ubicación del ave, durante y después de la filmación, y recuperar el dispositivo más adelante. Las pruebas con cuervos cautivos demostraron que las unidades podían transportarse con facilidad y no afectaban la conducta de las aves, puntualizó Rutz.
El investigador y cineasta Greg Marshall, pionero en el uso de cámaras de vídeo montadas en animales con fines de investigación, e inventor del Crittercam de National Geographic, comentó: «Es la primera vez que se utiliza uno de estos sistemas para estudiar aves silvestres. Este equipo ha expandido fronteras al plantear interesantes preguntas de investigación que pueden responderse [con cámaras de vídeo montadas en animales] a lo largo de periodos bastante cortos».
Marshall señaló que, debido a que el peso de la batería es una importante limitación para los sistemas de vídeo ultraligeros, las cámaras para aves disponibles en la actualidad no pueden instalarse por periodos de días o semanas. Para el estudio con cuervos configuraron las cámaras de manera que comenzaran a grabar 48 horas después de la instalación.
Los dispositivos capturaron la acción durante 30 a 60 minutos antes de agotar su energía. No obstante, Marshall y Rutz afirman que, en breve, los adelantos tecnológicos permitirán crear sistemas más ligeros y de mayor duración. «Muy pronto podremos filmar la actividad de especies realmente pequeñas -aseveró Rutz-. Estoy seguro de que en los próximos cinco años, aproximadamente, estos sistemas se habrán depurado y ser convertirán en la técnica estándar para la ornitología de campo».
John Rotenberry, experto en aves de la Universidad de California en Riverside, dijo que «este sistema es muy prometedor en el caso de aves lo bastante grandes para soportar el equipo». Por desgracia, agregó, por ahora el rastreo con vídeo permanece fuera del ámbito de su trabajo con gorriones y otras aves canoras. «Es necesario que el peso [del sistema] se reduzca a unos 300 o 600 miligramos antes que yo pueda aprovecharlo», explicó.