La explosión en las tasas de obesidad podría afectar el futuro del país.
Durante las vacaciones de verano, algunos papás enviaron a sus hijos al Instituto de Educación Física en la próspera capital financiera de Shanghai. Hace apenas unos años este tipo de campamentos no eran frecuentes en China. Pero ahora, los sitios similares han surgido en Pekín (Beijing), Qingdao, Shenzhen y otras ciudades.
La razón: China está engordando. Hoy, 200 millones de chinos, aproximadamente 15 % de los adultos, padece exceso de peso. De este número, 90 millones -más o menos el siete por ciento- son obesos (aunque China utiliza un umbral ligeramente más bajo para las designaciones que la Organización Mundial de la Salud de las Naciones Unidas).
De acuerdo con el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), 30 % de los adultos estadounidenses son obesos. Los expertos afirman que la epidemia de obesidad se está extendiendo, aunque de manera más lenta que en los adultos, en los niños.
La tendencia tendrá un enorme impacto en la salud de los ciudadanos chinos, así como en la economía. «Estamos viendo a una gran proporción de niños y adolescentes bastante pesados que casi no se mueven», comentó Barry Popkin, profesor de nutrición en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Carolina del Norte, en Chapel Hill.
Actualmente, Popkin colabora en una encuesta sobre salud y nutrición realizada en 16 000 hogares chinos. Afirma que hoy en día más niños comen en exceso y engordan «con mayor rapidez». En sólo 10 años, el índice de obesidad infantil se multiplicó. Los aumentos más sobresalientes se dieron en las áreas urbanas.
Los números oficiales sugieren que, en promedio, 8.1 % de los niños en áreas urbanos son obesos, mientras que en áreas rurales sólo 3.1 por ciento. Zhai Fengyian, subdirector del Instituto Nacional de Nutrición y Seguridad Alimenticia de Pekín, declaró que el índice es aún más alto en las principales ciudades.
De acuerdo con Zhai, en 2002, 16.7 % de los niños y 9.6 % de las niñas en edad escolar estaban obesos. «En las grandes ciudades es un gran problema», expresó. Zhai y otros expertos atribuyen a distintos factores el exceso de gordura, la mayoría ligados a la rapidez con que la economía y la cultura están cambiando.
Las dietas de los chinos (niños y adultos) son mucho más altas en carnes, pescado, huevos, productos lácteos, grasas y azúcares que antes. Además, los niños -especialmente los que habitan en ciudades- son más sedentarios hoy en día y pasan mucho más tiempo en casa con tarea, televisión, juegos de computadora e internet.
Shuwen Ng, economista de salud y candidata doctoral en la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, comentó que ahora los niños en China cuentan con dinero y gastan casi todo en comida chatarra. Ng añadió que la publicidad y los compañeros influencian en sus decisiones alimenticias.
Ciertas golosinas, por ejemplo, nuevos dulces o comida rápida, gozan de mayor prestigio que otros. El índice de obesidad infantil en China sigue siendo menor al de Estados Unidos, donde aproximadamente 15 % de los niños son obesos. Pero los efectos a largo plazo son igual de serios.
«Los niños que se están volviendo obesos van a estar muy debilitados en 20 o 30 años», explicó Popkin. El exceso de peso u obesidad incrementa el riesgo de sufrir enfermedades del corazón, presión alta, ataques cardíacos, algunos cánceres, entre otras, además puede acelerar el comienzo de diabetes en adultos.
«En países como China, la diabetes se presenta con más frecuencia en personas menores, en comparación con Estados Unidos», dijo Popkin. «Y el número sigue en ascenso». Agregó que el impacto general en la economía de China en costos directos e indirectos, tales como asistencia sanitaria y baja productividad laboral, será «enorme».
«Estamos hablando de un país en el cual aproximadamente 5 % de su PNB (producto nacional bruto) actual se invierte en gastos (médicos y demás) por una mala dieta, inactividad y obesidad», explicó Popkin. Dado el ritmo acelerado de la epidemia de obesidad en China, es sólo cuestión de tiempo antes de que los gastos relacionados con la obesidad alcancen los de Estados Unidos, país que invierte de 17 a 20 % de su PNB en gastos de este tipo, especuló Popkin. «Lo que observamos es algo sin precedentes, y lo vemos en 1.3 mil millones de personas».