Un conjunto de compañías se ha dado a la tarea de crear al primer hombre biónico. El producto final parece salido de una obra de ciencia ficción
Un conjunto de compañías se ha dado a la tarea de crear al primer «hombre biónico». El producto final parece salido de una obra de ciencia ficción.
Richard Walker y Mathew Godden utilizaron un millón de dólares para construir a Rex («Rex» siendo acrónimo de «exoesqueleto robótico»). Éste se construyó con la tecnología biomédica más avanzada de la actualidad:
En términos de movilidad y extremidades, el robot tiene un brazo que posee 26 grados de movimiento (tan sólo un grado menos que un brazo humano) y que tiene la habilidad de auto-enseñarse a trabajar.
Incluye, además, tobillos biónicos que utilizan un motor para simular el mecanismo de los músculos de la pantorrilla y del tendón de Aquiles, factor que le hace posible caminar de manera fluida.
Rex utiliza una versión modificada de un exoesqueleto creado por New Zealand’s Rex Robotics que básicamente les permite a los discapacitados caminar. El exoesqueleto consiste en un par de piernas ensambladas a pies iWalk Biom (producidos por el Laboratorio Mediático del MIT),en las que el usuario se introduce y que posteriormente coordina.
En cuanto a órganos se refiere, Rex tiene un corazón impulsado por baterías, un hígado, un páncreas y riñones artificiales que cuentan con un sistema sintético de filtración a nanoescala impulsado por la presión sanguínea y que utiliza células renales del paciente inoculadas.
Además cuenta con unos lentes que envían imágenes a un microchip insertado en la retina, el cual envía impulsos eléctricos al cerebro para decodificar la imagen.
Al final de cuentas, Rex es un hombre biónico con la capacidad de ver, hablar, caminar e inclusive interactuar con seres humanos mediante inteligencia artificial.
Rex fue elaborado para una coproducción titulada How to Build a Bionic Man, producto de los esfuerzos conjuntos de Canal 4, The Smithsonian y la reconocida casa productora Darlow-Smithson. La serie será conducida por Bertolt Meyer, un psicólogo social que perdió su mano izquierda cuando era niño y que ahora rendirá cuentas de las maravillas médicas que ha desarrollado la tecnología moderna.
Como toque final, los creadores decidieron diseñar el rostro de silicón de Rex en base al de Bertolt Meyer para darle un giro «humanizante» a su creación. Sin embargo, la perfección del funcionamiento del mismo ha hecho cuestionarse a más de una persona; ya que la ciencia no sólo está pudiendo reemplazar partes del cuerpo humano exitosamente, sino inclusive mejorar las habilidades de las originales. Esto plantea varias cuestiones éticas que es imposible dejar de lado.
Rex será expuesto al público en el Museo de Ciencias de Londres este 7 de febrero. Posteriormente se tiene planeada su exhibición en Estados Unidos.
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