Los científicos aseguran que los astronautas que vivan en nuestro satélite tendrán que desarrollar numerosas destrezas para asegurar una misión exitosa.
Se especula sobre cómo sería la vida en la Luna.
San Francisco, California El año pasado, la NASA anunció los planes de establecer una base lunar permanente hacia el año 2024. ¿Cómo sería, exactamente, la vida en la Luna? El mes pasado, astrónomos, científicos de la NASA y un antiguo astronauta dejaron entrever los retos y las oportunidades que aguardan a los primeros residentes de la Luna.
Los científicos aseguran que los astronautas que vivan en nuestro satélite tendrán que desarrollar numerosas destrezas para asegurar una misión exitosa: desde aprender a caminar hasta producir una versión extraterrestre de un reality show.
El simple hecho de caminar en la Luna resulta difícil aunque delicioso, apuntó Harrison Schmitt, quien visitó el cuerpo celeste en 1972 con la misión Apolo 17, de la agencia espacial estadounidense. «Es como un trampolín gigante», expresó en una reunión con la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia, en San Francisco.
Los futuros astronautas tendrán más posibilidades de superar este obstáculo si reciben entrenamiento en esquí a campo traviesa, sugirió Schmitt. El ex astronauta agregó que, cuando estuvo en la Luna, recurrió a un movimiento de empuje y deslizamiento parecido al del esquí a campo traviesa, lo cual le permitió desplazarse cómodamente a una velocidad de 10 a 12 kilómetros por hora, convirtiéndose así en el hombre más rápido en la historia lunar.
Sin embargo, aprender a moverse con rapidez no se trata solamente de diversión. Los exploradores tendrán que realizar muchas tareas vitales en poco tiempo, desde construir habitáculos espaciales independientes hasta obtener preciadas sustancias del suelo lunar, como agua y oxígeno.
Dominar dichas tareas es uno de los primeros pasos indispensables para establecer una base lunar exitosa que pueda servir de punto de lanzamiento para misiones espaciales más ambiciosas. «La colonización lunar es la primera etapa en la colonización del sistema solar», afirmó G. Jeffrey Taylor, del Instituto de Geofísica y Planetología de Hawai.
Base lunar planeada para 2024
Los científicos advirtieron que los exploradores de dicha misión enfrentarán numerosos desafíos cotidianos. Uno de ellos es el problema del polvo lunar, el cual tiene una naturaleza abrasiva y se arrastra fácilmente a los habitáculos. Es un material desagradable que huele a pólvora quemada, comenta Schmitt, quien inhalaba una pequeña cantidad de polvo cada vez que reingresaba en el módulo lunar.
Los futuros moradores lunares podrán eliminar la mayor parte de dicho polvo si dejan sus trajes espaciales en un vestíbulo del hábitat, costumbre semejante a la de dejar los zapatos en la puerta. Además, cualquier polvo que entrara podría eliminarse magnéticamente o mediante campos eléctricos, agregó Schmitt.
Según los expertos, el problema más grande es que la colonia lunar sea económicamente viable. Los científicos concuerdan en que la base tendría que reportar algún tipo de beneficio económico para que sus ocupantes pudieran permanecer indefinidamente en la Luna.
Al principio, el rendimiento de la inversión tendría que ver con la gran cantidad de conocimiento nuevo. Muy probablemente la Luna ofrecerá importantes sitios para instalar grandes telescopios que escudriñarán las profundidades del universo en busca de planetas habitables que giren en torno a otras estrellas.
También podría haber oportunidades para generar dinero, quizá mediante la televisión o internet. «Me parece que existe un mercado potencialmente enorme para la televisión interactiva y la realidad virtual en tiempo real», apuntó Paul Spudis, del Laboratorio de Física Aplicada Johns Hopkins, en Laurel, Maryland.
Por su parte, Schmitt considera que uno de los recursos más valiosos de la Luna es el helio-3, una forma ligera de helio que contienen las rocas de la superficie lunar. El helio-3 es tan valioso como fuente potencial de energía para la fusión nuclear, que tan sólo 100 kilogramos del gas podrían sustituir 140 millones de dólares en carbón, puntualizó Schmitt.
Aún no se ha perfeccionado la energía de fusión y quizá no se alcanzará ese objetivo a corto plazo (la energía de fisión nuclear se utiliza actualmente en las plantas de energía nuclear). Sin embargo, agregó, en la Tierra ya existe un mercado para el helio-3, pues se utiliza en tecnologías de imágenes médicas como PET (siglas en inglés de tomografía por emisión de positrones), útil en la detección de células cancerosas.
Además de sus actividades, los residentes lunares también tendrán tiempo para disfrutar de su entorno, especularon los científicos. Podrían organizar carreras para perfeccionar la marcha que inventó Schmitt. Debe resultar bastante fácil después de un poco de entrenamiento en esquí a campo traviesa, señaló el antiguo astronauta. «Se usa el mismo ritmo».
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