Estudios revelan que arrecifes crecieron en las últimas dos décadas.
Al parecer no a todos los ecosistemas les viene mal el cambio climático.
A pesar que el calentamiento global está ocasionando estragos en arrecifes de coral, calentando y acidificando las aguas en donde están asentados, algunos corales son beneficiados por el alza de temperatura, según unos estudios del Instituto Australiano de Ciencias Marinas Crawley.
Esto se debe a que en regiones donde el clima es más frio en relación a otros océanos, el cambio climático ha permitido el crecimiento de corales que son clave para los arrecifes en el Océano Índico, lo que compensa un poco los efectos negativos proyectados. Sin embargo no está claro si dicho hallazgo se puede aplicar a otros tipos de coral y no ocasionar que tanto calor mate eventualmente a los arrecifes.
El exceso de dióxido de carbono en el aire es doblemente pernicioso para los corales. El incremento de este gas de efecto invernadero se traduce en mares más calientes, provocando mayor liberación de algas, alimento de los corales. Esto y el incremento de pH en el agua ocasiona que los corales difícilmente crezcan o mantengan su tamaño, incluso hasta morir.
El futuro de los arrecifes de coral, centros de la biodiversidad marina, es de preocuparse.
Aun, ha sido difícil para los científicos el dilucidar el cómo la acidificación e incremento de temperatura en la superficie marina pueda afectar el crecimiento de arrecifes, ya que el crecimiento orgánico es variable y difícil de medir a largo plazo.
Por eso, Timothy Cooper, biólogo marino del Australian Institute of Marine Science in Crawley (Instituto Australiano de Ciencia Marina), junto con algunos colegas, aplicó unas bandas de crecimiento a los corales, que, como en los árboles, pueden determinar el historial de un organismo en crecimiento.
Los investigadores sacaron cerca de 27 bandas de un longevo coral llamado Porites, que mide más de 5 metros y es una estructura de arrecife común en el Océano Índico. De esta manera se puede saber, contando las bandas en orden descendente, la cantidad de crecimiento anual que presentó el coral de 1900 a 2010, lo que a su vez define el incremento gradual de temperatura en el océano.
Si la acidificación fuera un problema, como diversos estudios indican que es, debería haber un declive en el crecimiento coralino en los últimos tiempos. Pero de las 6 locaciones en donde se implementó el estudio, alrededor de 1000 kilómetros a lo largo de la costa australiana occidental, solo una mostró esta tendencia.
En su lugar, en la parte más fría del arrecife, al sur, hubo un incremento del 23% en el índice de crecimiento desde 1900, contrario en la parte norte donde no hubieron cambios. «Los efectos del incremento de temperatura están prevaleciendo sobre los efectos de acidificación» por ahora, dijo Nancy Knowlton, bióloga especialista en corales en el Museo Smithsoniano de Historia Natural (Smithsonian National Museum of Natural History) en Washington, D.C., quien estuvo involucrada en el estudio.
Estos hallazgos contrastan con los resultados que arrojó el Great Barrier Reef, el sistema de arrecifes más grande del mundo, donde el crecimiento pareció disminuir desde los noventa. Roberto Iglesias Prieto, ecologista especialista en corales por parte de la Universidad Nacional Autónoma de México en Cancún, alabó el estudio por incluir muestras de latitudes altas, donde la acidificación es más fuerte.
Pero otra investigación arroja que el coral estudiado por Cooper es relativamente más insensible a la acidificación: «Todavía sabemos muy poco de la respuesta de cientos de otras especies frente al cambio climático» acotó Peter Mumby, ecologista marino de la Universidad de Queensland en Australia, que no está totalmente de acuerdo con el estudio. «Es difícil generalizar la reacción específica de corales frente al cambio climático».