Era una ejecución tan real que resultaba difícil creer que fueran hombres usando máscaras de lobos, apuntó un observador en 1914.
Era una ejecución «tan real que resultaba difícil creer que fueran hombres usando máscaras de lobos», apuntó un observador en 1914. Los participantes de la etnia inupiat en la danza del águila-lobo honraban a los animales que mataban, enviando así sus espíritus a sus moradas para garantizar el éxito en cacerías futuras.
De acuerdo con Deanna Kingston, profesora de antropología en la Universidad Estatal de Ohio, los lobos de la danza aparecían «irrumpiendo a través de agujeros en una plataforma sobre el escenario» como parte de la visión mística de un cazador.
Las representaciones se celebraban tradicionalmente durante una festividad que reunía a los habitantes de asentamientos vecinos en Alaska. Pero estos hombres posaron en un estudio fotográfico de Nome, Alaska, en algún momento a principios del siglo XX.