Un nuevo estudio afirma que la ciudad maya precolombina de Chunchucmil, en la península de Yucatán, alguna vez tuvo un antiguo mercado.
La investigación esclarece algunos misterios sobre la economía maya
Un nuevo estudio afirma que la ciudad maya precolombina de Chunchucmil, en la península de Yucatán, alguna vez tuvo un antiguo mercado. La investigación esclarece algunos misterios sobre la economía maya y pone en tela de juicio las teorías generalizadas que afirman que, en vez de ofrecerlo en los mercados, el alimento era sujeto de gravámenes y distribución por parte de los gobernantes mayas de la época Clásica, que se extendió de los años 300 a 900 d.C.
El alimento y la materia orgánica en general se degradaban con rapidez en el clima húmedo de la región, de modo que los científicos que se dieron a la tarea de estudiar la forma como los mayas comerciaban, adquirían y vendían alimentos, debían basarse en escasas pruebas arqueológicas, explicó Richard Terry, miembro de la expedición y científico ambiental de la Universidad Brigham Young de Provo, Utah.
No obstante, el alimento y la materia orgánica dejan una huella química: tenues rastros de fósforo que se adhieren a partículas de tierra a pesar de las abundantes lluvias. Al comparar los niveles de fósforo del suelo de Chunchucmil y la tierra de un mercado actual en Antigua, Guatemala, Ferry y sus colegas llegaron a la conclusión de que posiblemente la ciudad maya tuviera un activo mercado.
«El análisis químico de la tierra proporciona pruebas adicionales que han cambiado nuestra percepción de los patrones de comercio de los mayas -declaró Terry en entrevista telefónica-. Siempre se pensó que la distribución de bienes estaba determinada por un sistema fiscal-tributario, pero esto demuestra que los mayas no sólo contaban con un mercado y una economía de mercado, sino también con una importante clase media de mercaderes».
Investigación de mercado
A fin de llevar a cabo su análisis, los investigadores utilizaron un ácido para extraer fósforo de muestras de tierra de dos gramos y mezclaron la solución con otras sustancias químicas para medir la coloración azul resultante. La técnica reveló una franja que contenía bajos niveles de fósforo, con concentraciones 40 veces más altas en ambos lados.
Asimismo, descubrieron un patrón similar en el actual mercado de Antigua, el cual era el único mercado de la región en esa época que no había sido pavimentado, agrega el estudio. Esto indica que hubo un sendero que cruzaba el mercado de Chunchucmil y que los ocupantes vendían o comerciaban con alimentos a su alrededor, afirman los autores.
«Lo que no sabemos es quién comerciaba en el mercado [de Chunchucmil]. No obstante, es evidente que la región circundante y aledaña ofrecían bienes tan necesarios que permitieron el sustento de la población permanente de Chunchucmil, así como de los mercaderes visitantes y sus comitivas», señala el artículo.
Nutrir ideas
La investigación también podría contribuir a resolver la «frustrante interrogante sobre cómo se sostenían las grandes poblaciones urbanas de los antiguos mayas», escriben los autores. «La sabiduría convencional sugiere que los sistemas de mercado carecían de importancia, a pesar de que las poblaciones urbanas a menudo superaban la capacidad de carga local utilizando métodos agrícolas tradicionales», apuntó el líder del estudio, Bruce H. Dahlin.
Se han identificado, tentativamente, algunos mercados mayas en numerosos sitios grandes e importantes, prosiguió Dahlin, arqueólogo del Centro para Estudios Ambientales de la Universidad Shepherd de Shepherdstown, Virginia Occidental.
No obstante, «hasta el surgimiento de las técnicas de prospección geoquímica no había manera de verificar la existencia de dichos mercados ni de identificar los alimentos básicos que se comerciaban en ellos», indicó. El reciente trabajo es un importante punto de partida para estudios ulteriores sobre la función de los mercados durante el periodo Clásico, enfatizó Dahlin.
Las pruebas escritas también fortalecen sus argumentos, señaló Terry. «[Hernán] Cortés escribió sobre el mercado, pero los arqueólogos no han tenido pruebas directas de los mercados mayas precolombinos ?informó?. Este estudio es uno de los primeros que ofrece evidencias de mercados que datan de mucho antes.
También es el primero que utiliza la química del suelo para establecer líneas de evidencia». Dahlin, Terry y sus colegas publican sus hallazgos en la edición más reciente de Latin American Antiquity. (Dahlin y Timothy Beach, otro miembro del equipo, procedente de la Universidad de Georgetown en Washington, D. C., son antiguos becarios de investigación de la Sociedad National Geographic, propietaria de National Geographic News).
Trabajo «importante»
Otros científicos elogiaron la técnica y los hallazgos. «Es un enfoque interesante y metódico para detectar la existencia de mercados, fuente de gran controversia en el campo de la arqueología maya -declaró Stephen D. Houston, antropólogo de la Universidad Brown de Providence, Rhode Island-. Permite orientar y concretar opiniones sobre la antigua economía maya y sugiere la posibilidad de que los mayas tuvieran mercados parecidos a los de los aztecas, que surgieron muchos años después».
Houston agregó que los investigadores «expresaron adecuadamente su estudio como una hipótesis» y que, en los últimos años, otros científicos han encontrado posibles mercados en México y Guatemala. «Sospecho que este descubrimiento hará que muchos presten más y más atención a otros sitios viables», concluyó.
Robert Sharer, antropólogo del Museo de Arqueología y Antropología de la Universidad de Pensilvania, en Filadelfia, calificó el estudio de «importante». Sharer dijo que él y otros arqueólogos siempre han sostenido que los mayas contaban con mercados centralizados. Especula que la atracción poblacional de los mercados debió convertirlos en un punto focal para la elite gobernante.
«Al atraer grandes cantidades de personas de manera regular, los mercados brindaban oportunidades para la interacción social y el intercambio de ideas. E incluso es posible que fueran indicadores del control económico centralizado de los gobernantes mayas».