Si alguna vez has sido revolcado por una ola, sabes que el agua en movimiento es capaz de propinar una buena paliza.
El Instituto de Investigación de Energía Eléctrica calcula que las olas y la energía de las mareas podrían suministrar hasta 7 % de la electricidad utilizada en Estados Unidos. En el Reino Unido, la cifra podría duplicarse.
Se diseñan toda clase de aparatos para aprovechar esta energía limpia y renovable: desde «serpientes» que se mueven sobre la superficie del agua hasta turbinas que giran con la corriente (los objetos ilustrados aquí muestran la diversidad de aparatos para aprovechar la energía de las olas, pero no se podrían aplicar de manera simultánea).
Como las poblaciones suelen concentrarse cerca de las costas, la energía del agua en movimiento podría producirse cerca de donde se necesita. Y, a diferencia de la energía eólica, que depende de ráfagas inconstantes, esta tecnología es tan predecible como las mareas.
Aún existen obstáculos técnicos y financieros, pero se diseñan proyectos en Maine, Nueva York, Oregón -en Estados Unidos-, y Canadá y Escocia. Tal vez estemos a punto de ver en el horizonte granjas de energía oceánica.