En distintas partes del mundo, estos expertos en el arte de atender una mesa, nos sorprenden. No te pierdas estas imágenes enviadas por la comunidad de lectores de National Geographic.
Ted?s Bulletin, elegante cafetería estilo estadounidense en Washington, D.C., nos remonta a otra época con sus clásicos tarros de cerámica y camareros con impecables camisas, chalecos y corbatas.
Una camarera presenta una orden en un mercado flotante de Bangkok, Tailandia: uno de muchos en esa ciudad, donde los vendedores, a bordo de largas y angostas barcas, preparan los alimentos al gusto del comensal.
Un tarro con un litro de cerveza puede pesar más de 2 kilogramos. No obstante, las camareras del Oktoberfest son famosas por cargar cuatro, cinco y hasta seis o más de esos ?tanques??a veces, en cada mano- mientras se abren paso entre cientos de celebrantes achispados.
Hora de cerrar: una camarera revisa la parrilla a gas en un asador coreano de Nueva York.
Numerosos vendedores de alimentos contribuyen a que la plaza marroquí Jemaa el-Fna y los mercados adyacentes sean un enorme atractivo para lugareños y turistas por igual.
La actividad en un bullicioso restaurante es como una danza frenética, pero bien coreografiada.
Una institución de Nueva Orleáns, Cafe Du Monde, casi siempre está a reventar. Eso resulta en turnos muy pesados y descansos muy merecidos para el personal.
Servicio con una sonrisa en Sídney, Australia.
¿Qué sería de una fiesta sin una bañera llena de bebidas? Un pequeño ejército de camareros presenta una tina llena de champaña ?y bengalas- a un grupo de celebrantes en Shanghái, China.
Los cafés en las aceras de Europa suelen apretujar a sus comensales. Por ello, los experimentados camareros deben circular entre mesas, sillas y personas llevando sus pesadas bandejas.
Bastante difícil es balancear siete platos en una charola, pero hacerlo sin charola es una historia completamente distinta.