En un esfuerzo por levantar el ánimo de los habitantes de la zona y aliviar el impacto de la radiación, el templo budista comenzó a cultivar y repartir girasoles.
Restos de tiras de papel quemadas se arremolinan en el caluroso cielo de verano japonés, llevando los nombres de los muertos sobre un templo en Fukushima en el que se han plantado miles de girasoles para luchar contra la omnipresente radiación.
La planta nuclear Fukushima Daiichi, a unos 50 kilómetros, sufrió varias fusiones de núcleo y explosiones después de que el terremoto y tsunami del 11 de marzo afectaran a los sistemas de refrigeración, produciendo el peor accidente nuclear del mundo en 25 años y obligando a decenas de miles de personas a abandonar sus hogares.
«Es como si una nevada invisible hubiera caído en Fukushima y continuara cayendo, cubriendo todo el lugar», dijo Koyu Abe, líder del templo budista de Joenji.
«Esta nieve, que no se derrite, trajo un largo invierno a Fukushima», agregó.
Cerca de 80.000 personas fueron evacuadas de una vasta zona alrededor del reactor mientras los ingenieros lidiaban con fugas de radiación, explosiones de hidrógeno y varillas de combustible sobrecalentadas, y no saben cuándo podrán volver a sus casas (si es que podrán hacerlo alguna vez) en las que han vivido sus familias durante generaciones.
Aún peor, la radiación se extendió fuera de la zona de evacuación, acumulándose en «puntos calientes» y contaminando el suelo de lo que era una gran región agrícola.
En un esfuerzo por levantar el ánimo de los habitantes de la zona y aliviar el impacto de la radiación, Abe comenzó a cultivar y repartir girasoles y otras plantas.
«Plantamos girasoles, mostaza, amarantos y crestas de gallo, que se cree que absorben la radiación», dijo el monje.
«Ya hemos cultivado al menos 200 mil flores (en el templo) y distribuido muchas más semillas. Al menos 8 millones de los girasoles que florecen en Fukushima vienen de aquí», agregó.
Los girasoles se emplearon cerca de Chernóbil tras el accidente de 1986 para extraer el cesio radioactivo de los lagos contaminados cercanos. Los científicos japoneses también están llevando a cabo pruebas para demostrar su utilidad en la lucha contra la radiación.