¿Los animales estorban en el comercio ilegal de carbón?
Una fila ininterrumpida de adolescentes desciende por un polvoriento camino de la bulliciosa población de Goma, mientras empujan bicicletas colmadas con sacos de 45 kilogramos de carbón o makala, como se conoce en la entidad. Esos chicos forman parte de un comercio ilegal que podría ser la mayor amenaza para uno de los lugares más prístinos del planeta, el Parque Nacional de Virunga, en la República Democrática del Congo.
Las espesas arboledas del parque se diezman rápidamente para satisfacer la demanda casi insaciable del carbón que millones de habitantes de esta atribulada región utilizan para cocinar y calentarse. No obstante, los estragos del lucrativo comercio no se limitan al parque, pues también involucran a sus más famosos pobladores, la rara especie de los gorilas de montaña.
Algunos grupos conservacionistas opinan que la ejecución de cuatro gorilas en el interior del parque, el mes pasado, se llevó a cabo por individuos implicados en el comercio de este mineral, quienes desean eliminar la protección del parque.
«Los gorilas se han convertido en un obstáculo para el comercio de carbón», declaró Emmanuel de Merode, director de WildlifeDirect, grupo conservacionista de la República Democrática del Congo (RDC) y Kenia, el cual apoya a los guardabosques que trabajan en Virunga.
«Existe un gran incentivo para matar a los gorilas». (Nota del editor: desde que se recibiera este reportaje, los guardabosques anunciaron en su blog que hallaron muerto a otro gorila a consecuencia del ataque de julio; su cría sigue perdida y se presume muerta, lo que eleva el total a seis).
Conexión Ruanda
Situado en la frontera oriental del país y limitado al este con Ruanda y Uganda, Virunga es el parque nacional más antiguo de África, y alberga la mayor biodiversidad del continente. Más de la mitad de los 700 gorilas de montaña que aún quedan en el mundo se encuentran en Virunga.
Sin embargo, a través de los años, el parque ha sido devastado por diversos grupos armados, desde turbas militantes rebeldes hasta ejércitos extranjeros. Todos combaten por las riquezas naturales del lugar. «Los últimos 15 años de la historia del Congo se definen por la explotación ilegal de recursos naturales -declaró De Merode-. El comercio de carbón definitivamente encaja en esta realidad».
Según sus cálculos, el comercio de carbón en Goma, ciudad de 500 mil habitantes, representa cerca de 30 millones de dólares. «Cuando se habla de carbón, la gente piensa en pequeñas operaciones caseras, pero se equivocan -agregó-. Es una industria enorme».
Gran parte del negocio se desarrolla en la vecina Ruanda, la cual ha mantenido fuertes vínculos con el oriente del Congo desde que el ejército de la RDC expulsara a los milicianos que se refugiaron en su territorio tras el genocidio ruandés de 1994.
En contraste, el gobierno central congolés, establecido en Kinshasa a más de mil 600 kilómetros al oeste, tiene poca injerencia política en lo que sucede en la parte oriental de su territorio. En 2004, Ruanda aprobó una ley que prohibía la producción de carbón dentro de sus fronteras, decisión que ha causado gran presión en ese país para buscar en otra parte el carbón que necesita para sus nueve millones de habitantes, apuntó De Merode.
«Ruanda no puede sostenerse con los recursos naturales que tiene dentro de sus fronteras, así que debe volver la mirada hacia el exterior -enfatizó-. El resultado es que sólo hay una fuente real de carbón para Ruanda y esa fuente es el Parque Nacional de Virunga».
Acusaciones de corrupción
Los pequeños productores son responsables de generar el carbón en el interior del parque, informan los guardabosques de Virunga. Luego de talar un árbol, utilizan las ramas grandes para construir un domo que después cubren con fango y le prenden fuego.
@@x@@El fango ocasiona que la madera arda a mayor temperatura y forme carbón, proceso que demora un par de días. Los productores están organizados en asociaciones locales que operan bajo el control de oficiales del ejército congolés, quienes cobran un impuesto por la producción y el transporte del carbón, aseveran De Merode y otras personas que trabajan en la zona.
La fuerte presencia militar es claramente visible dentro del Parque Nacional de Virunga y en sus alrededores, donde los soldados a menudo se protegen en las barricadas y conviven con la población civil. Se dice que los soldados no han recibido un sueldo en años y los guardabosques aseguran que algunos se dedican al comercio de carbón y otras actividades ilegales para ganarse la vida y sostener a sus familias.
«Los soldados llegan al parque para protegerlo de los bandidos armados que operan en él, pero no reciben su salario, por lo que se dedican a producir carbón», explica el guarda Paulin Ngobobo en su oficina de Goma. Desde hace poco más de un año, Ngobobo ha estado a cargo del sector sur de Virunga, donde viven los gorilas.
«A veces nos llega un informe de un comandante del ejército diciendo que no podemos patrullar el parque durante cierto tiempo porque habrá maniobras militares, pero lo que hacen en realidad es talar árboles y cazar de manera furtiva», asegura. Un funcionario del ejército en Kinshasa, al abrigo del anonimato, reconoció que el personal militar del oriente del Congo opera, en gran medida, independientemente del gobierno.
Otros observadores políticos creen que los oficiales del ejército destacados en el oriente del Congo y que participan en el comercio de carbón posiblemente actúen sin la aprobación de Kinshasa.
Los cazadores furtivos atacan a un guardabosques
Enfrentar a los involucrados en esta operación es una tarea peligrosa, como ha comprobado Ngobobo en varias ocasiones. Recuerda que a principios del presente año, mientras explicaba a los aldeanos la amenaza de la industria del carbón para Virunga, Ngobobo fue arrestado por oficiales del ejército: le quitaron la camisa y lo azotaron frente a la multitud.
Además de semejantes represalias, Ngobobo encara la difícil labor de convencer a los lugareños de rechazar el negocio del carbón. «Todos ganan dinero con la operación -dijo-. La población es muy pobre. Es imposible que se den cuenta del valor del parque. Para ellos es nada más otro obstáculo».
Ngobobo también debe contender contra algunos funcionarios corruptos dentro del servicio de parques, quienes supuestamente también forman parte del comercio ilegal. Es un problema que Ngobobo describe como «caza furtiva interna».
«La mayoría de los funcionarios del parque arriesga su vida para protegerlo, [pero] hay personas en el servicio de parques que colaboran con el ejército y con los cazadores furtivos», afirmó. Poco después de publicar un artículo sobre el comercio ilegal de carbón en el blog de WildlifeDirect, Ngobobo fue arrestado y puesto durante dos días bajo custodia de un tribunal militar de Goma acusado de negligencia.
@@x@@Según los documentos de la corte, Ngobobo fue acusado de negligencia en la muerte de un turista chino que cayó en un volcán de las cercanías. También se le imputa haber proporcionado información falsa sobre el tráfico de carbón y entorpecer las indagaciones sobre la matanza de gorilas.
Ngobobo afirma que las acusaciones llevan una motivación política y fueron presentadas por funcionarios involucrados en el comercio de carbón que desean destituirlo de su cargo. En entrevista telefónica con National Geographic News, Honore Mashagiru, antiguo supervisor de Ngobobo, rechazó los alegatos.
@La gente dice muchas cosas, pero ¿dónde están las pruebas? -demandó-. Es mentira. Es mentira». Mashagiru agregó que Ngobobo se ha convertido en blanco de los comerciantes de carbón porque «no ha logrado que la comunidad entienda bien el problema». Ngobobo aún enfrenta acusaciones en la corte y debe comparecer diariamente ante el tribunal.
Entre tanto, Norbert Mushenzi, director del servicio de parques que estuvo a cargo del sector norte de Virunga, ha sido asignado al puesto de Ngobobo para proteger a los gorilas. En días pasados, Mushenzi -quien también se ha manifestado contra este comercio ilegal- y sus guardabosques detuvieron a unas 50 mujeres a las que hallaron produciendo carbón en el parque.
Acto de sabotaje
Ngobobo y De Merode están convencidos de que la ejecución de gorilas ocurrida el mes pasado tiene que ver con el comercio de carbón. «Lo hicieron pedazos y todavía había un bebé sobre el cuerpo de la madre -informa De Merode-. Jamás, en la historia de la conservación de los gorilas, ha habido un incidente como este, en el que un grupo es masacrado sin llevarse la carne o a las crías».
Un gorila bebé puede costar miles de dólares en el mercado ilegal de animales salvajes, agregó. La matanza masiva fue idéntica a la ejecución de una hembra hallada a 14 kilómetros de allí, el 8 de junio. «En vista de todo lo ocurrido en el último año, es muy factible que haya sido una forma de venganza -afirmó De Merode-. Creo que fue un acto de sabotaje por parte de quienes están en el negocio de carbón y quieren exterminar a los gorilas».
De Merode insiste en que las autoridades de Ruanda deben cerrar sus fronteras al tráfico de carbón, medida que podría brindar mayor protección a los gorilas de montaña. «No digo que las autoridades ruandesas sean responsables por la muerte de los gorilas, pero sí que podrían ayudarnos a resolver el problema», concluyó.