A pesar de que el jugo de limón se plantea como promesa para prevenir nuevas infecciones por VIH, algunos expertos piensan que es inseguro.
El zumo de este cítrico podría ser un arma potente en la lucha contra el sida
La potencia de estas frutas cítricas recae en su naturaleza ácida. A través de los exámenes llevados a cabo en el laboratorio, los jugos han demostrado ser eficaces para aniquilar el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), explicó Roger Short, biólogo de la reproducción en la Universidad de Melbourne, en Australia.
Esta propiedad, señala Short, podría ser una bendición en África subsahariana, región que cuenta con 25 millones de infectados hoy en día y con tres millones más registrados anualmente. Short afirma que si se lava el pene con jugo de limón o lima y se efectúan duchas vaginales después de una relación sexual, se podría reducir el número de nuevas infecciones de manera considerable.
La mayoría de los científicos concuerda en que el ácido cítrico puede eliminar el virus del sida. Pero los críticos advierten que el tratamiento es potencialmente dañino si las concentraciones son excesivamente altas, mientras que si son demasiado bajas, no son lo suficientemente fuertes para ser efectivas. »El jugo tanto de la lima como del limón se ha usado como anticonceptivo en la región del Mediterráneo por más de 300 años y también se emplea comúnmente en varias zonas de África», explicó Short. »El número de infecciones por VIH es muy alto en algunas de las regiones más pobres del mundo, en donde la gente vive con menos de dos dólares al día. Aun así, en los supermercados de Ciudad del Cabo (Sudáfrica), uno puede comprar cinco limones de buen tamaño por el precio de un condón», añadió.
La investigación de Short aparece en el número 29 de mayo de la revista Philosophical Transactions of the Royal Society B.
¿Sida y jugos tóxicos?
A pesar de que el jugo de limón se plantea como promesa para prevenir nuevas infecciones por VIH, algunos expertos piensan que quizá sea doloroso para quien lo use, e incluso inseguro. En exámenes preclínicos, Short comprobó la seguridad de la técnica colocando torundas de algodón empapadas en jugo de limón no diluido en las vaginas de seis monas. Las biopsias de los animales no mostraron ningún tipo de efecto adverso ocasionado por el jugo concentrado, dice Short.
Aun así, otros expertos no están tan convencidos. Los resultados de dos pruebas clínicas separadas, realizadas en seres humanos, que se presentaron en la conferencia mundial Microbicidas 2006 el mes pasado en Ciudad del Cabo, indicaron que el jugo de limón concentrado podría dañar el tejido sensible de la vagina, ocasionando que la mujer sea potencialmente más susceptible al VIH.
»Como parte de la tradición popular, miles de mujeres alrededor del mundo ya usan el limón y la lima como protección contra el VIH sin saber realmente si es benéfico o dañino», explicó Anke Hemmerling, investigadora de la Universidad de Berkeley, en California. En su estudio, Hemmerling les practicó exámenes a 25 mujeres, en un periodo de dos semanas, con tampones empapados con una concentración de 20 por ciento de jugo de limón.
Los investigadores no notaron ningún cambio significativo en los niveles de lactobacilos, las bacterias que mantienen a la vagina ligeramente ácida para evitar el crecimiento de organismos potencialmente dañinos. Las mujeres tampoco demostraron señales de irritación severa. Pero la concentración del jugo no fue efectiva contra el VIH.
Hemmerling opina que las concentraciones seguras para uso vaginal, que llegan hasta 25 por ciento, son demasiado débiles para destruir el VIH. »Hasta ahora, no se recomienda el uso de jugo de limón en las duchas vaginales para controlar la transmisión del VIH’ ?agregó Hemmerling?. No debe ser parte de las políticas para la salud pública y no se debe anunciar implicando que su uso es benéfico».
Efectividad contra seguridad
En otro estudio, Christine Mauck, del Programa de Investigación y Desarrollo Anticonceptivo en Arlington, Virginia, probó concentraciones de jugo de limón de 25, 50 y 100 por ciento en 48 mujeres. El jugo se administró a través de una ducha vaginal y un tampón empapado. Los resultados mostraron que, mientras que la concentración de 25 por ciento causó poco daño en la vagina, las concentraciones de 50 y 100 por ciento dañaron las células de la cubierta vaginal.
Algunas mujeres abandonaron el estudio debido a la molestia ocasionada por las concentraciones más altas. Al comparar ambas pruebas clínicas, se sugiere que, mientras que las concentraciones seguras de jugo de limón no son efectivas, las que sí lo son resultan ser nocivas. »El resultado es lamentable para todas las prostitutas que no logran que su pareja use condón», agregó Mauck. »Emplean jugo de limón, pero no les ofrece protección. En este momento no hay nada más que podamos proponer».