Se revela que las reliquias de Juana de Arco son restos de una momia egipcia

Un nuevo estudio ha demostrado que los huesos calcinados que se consideraban restos de Santa Juana de Arco no pertenecen a la heroína francesa sino a una momia egipcia.

El estudio analiza los restos que se le atribuían a la heroína francesa.
Un nuevo estudio ha demostrado que los huesos calcinados que se consideraban restos de Santa Juana de Arco no pertenecen a la heroína francesa, sino que se trata de los despojos de una momia egipcia. El año pasado, Philippe Charlier, científico forense del Hospital Raymond Poincaré en París, Francia, obtuvo autorización para estudiar las reliquias depositadas en la iglesia de Normandía y que, se dice, fueron rescatadas del sitio donde quemaron a Juana en 1431.

El equipo de Charlier estudió las reliquias -que incluyen un fragmento de tela y una costilla humana- bajo el microscopio, y las sometió a diversas pruebas químicas. El estudio minucioso de la costilla reveló que no fue quemada, sino que podría haber sido calentada hasta crear la costra ennegrecida de la superficie, reveló Charlier.

Por otra parte, el fragmento de lino tenía el recubrimiento característico de los vendajes de las momias, así como grandes cantidades de polen de pino. «La resina de pino era muy usada en el proceso egipcio de embalsamamiento», señaló Charlier, y agregó que en la época de Juana de Arco no había pinos en Normandía.

La prueba definitiva se obtuvo con el análisis de carbono 14, que dató los restos humanos entre los siglos III y VI a. C. Los numerosos estudios químicos de todas las reliquias sugieren que estas proceden de Egipto, ya que los perfiles son muy semejantes a los de las momias egipcias y no a los de huesos calcinados. «Nos asombró descubrir que el hueso provenía de una momia», declaró.

Huelen la evidencia
En el análisis de los objetos, Charlier también utilizó una técnica poco común: emplear a las principales «narices» de la industria del perfume. «Necesitábamos una nariz profesional que confirmara el olor de las reliquias e identificara las moléculas [de las que estaba compuesto el olor]», explicó Charlier. Durante las pruebas de olor a ciegas, los perfumistas profesionales, Sylvaine Delacourte y Jean-Michel Duriez, recibieron muestras de las reliquias.

Ambos identificaron los aromas de yeso quemado y vainilla. El olor de yeso quemado es congruente con el hecho de que Juana fue quemada en una estaca de yeso, pero la vainilla no corresponde, explicó Charlier. «La vanilla suele indicar un proceso de embalsamamiento», apuntó.

Anastasia Tsaliki, experta en enfermedades antiguas de la Universidad de Durham, Gran Bretaña, quedó muy impresionada con el trabajo detectivesco de Charlier. «Es un proyecto fascinante. Pone de relieve que los métodos forenses pueden combinarse con herramientas utilizadas en arqueometría [estudio de materiales arqueológicos], arqueobotánica [estudio de plantas antiguas] y osteología [estudio de los huesos]», les dijo a los reporteros del diario Nature.

Juana de Arco: santa guerrera
La vida de Juana en Francia fue breve, pero estuvo llena de acontecimientos importantes. A fines de la Guerra de los Cien Años, entre Francia e Inglaterra (de 1337 a 1453), afirmó haber escuchado que la voz de Dios le ordenaba recuperar su país de manos de los ingleses.

Después de numerosas batallas contra los invasores, fue capturada y quemada viva en la ciudad francesa de Rouen, en 1431, por órdenes de un duque inglés. Las supuestas reliquias aparecieron en 1867 en un frasco hallado en el desván de una farmacia parisina, el cual estaba etiquetado con la leyenda: «Restos encontrados bajo la hoguera de Juana de Arco, virgen de Orleans».

Más tarde el Vaticano reconoció oficialmente su autenticidad. El lugar donde fueron descubiertas las reliquias da a Charlier una pista sobre el posible autor de la elaborada falsificación. «Creo que la reliquia fue hecha durante el siglo XIX, quizá por un químico o un boticario», concluyó Charlier.