Un nuevo estudio advierte que el gran tiburón blanco se encuentra entre las 30 especies de escualos y mantarrayas que nadan hacia la extinción en el mar Mediterráneo.
El Mediterráneo es uno de los lugares más peligrosos para estos animales
Un nuevo estudio advierte que el gran tiburón blanco se encuentra entre las 30 especies de escualos y mantarrayas que nadan hacia la extinción en el mar Mediterráneo. Recién publicado, el informe de la Unión Mundial de Conservación (IUCN, por sus siglas en inglés) señala que las aguas entre Europa y África tienen el mayor porcentaje mundial de tiburones y mantarrayas amenazados.
Cerca de 42 % de las especies mediterráneas están en peligro, reveló la evaluación Lista Roja del Grupo Especialista en Tiburones, parte de IUCN. El grupo resalta que el desplome de las poblaciones se debe principalmente a la degradación del hábitat, la pesca deportiva, la intervención humana y la sobreexplotación pesquera -que incluye a los peces capturados como presas no intencionadas.
En su declaración a los medios, Claudine Gibson, coautora del informe y funcionaria del programa del Grupo Especialista en Tiburones de IUCN, señaló: «Nuestros análisis demuestran que el Mediterráneo es uno de los lugares más peligrosos del mundo para los tiburones y las mantarrayas. Las especies que viven en las profundidades son las que corren mayor riesgo en esta región, debido a la intensa explotación comercial del lecho marino».
El estudio evaluó un total de 71 especies y de las 30 que se encuentran amenazadas con la extinción, 13 fueron clasificadas en peligro crítico, 8 en peligro y 9 como vulnerables. Del total, sólo diez especies (14 %) no corrían riesgo inminente de extinción.
Casi desaparecidos
Las especies en peligro crítico incluyen a la raya de Malta (Leucoraja melitensis), que vive a ras del lecho marino y es exclusiva del Mediterráneo. La pesca con palangres es la principal causa de que, recientemente, esta población se desplomara 80 %, asegura el informe de IUCN.
El marrajo común o de aleta corta (Isurus oxyrinchus) y el tiburón cailón (Lamna nasus) ambos muy apreciados por su carne y aletas, también forman parte de la lista de especies en peligro crítico. «Nos preocupan sobre todo los tiburones cailón y mako -declaró el experto en escualos Alen Soldo, de la Universidad de Split, Croacia-. Nuestros estudios ponen de relieve una creciente presión de la pesca, la cual supera con mucho la capacidad reproductiva de las especies».
Las variedades en peligro incluyen a la manta Mobula mobular, confinada principalmente a la región mediterránea. Debido a su gran tamaño y limitada capacidad reproductiva (las hembras crecen hasta cinco metros y paren sólo una cría por gestación), esta mantarraya es particularmente vulnerable a las presiones pesqueras, advierte el nuevo informe.
Gran amenaza blanca
En el Mediterráneo, el gran tiburón blanco (Carcharodon carcharias) también se considera amenazado: categoría de riesgo mayor que su actual estado de conservación global, definido como vulnerable. La investigación halló pruebas de una caída de 50 a 60 % en la población de este escualo en la región.
El informe propone que la explotación pesquera y la decadencia de importantes especies de presa, como el atún de aleta azul quizás hayan contribuido al colapso de la especie y también resalta, entre otras causas, la degradación del hábitat debido al turismo y el desarrollo de las áreas costeras superpuestas al hábitat del tiburón.
La decisión de IUCN de elevar el estado de conservación del tiburón blanco «es absolutamente correcta», enfatizó Richard Pierce, director de Shark Trust, organización de conservación marina no lucrativa sita en Plymouth, Inglaterra. En el año 2005, Pierce formó parte de un equipo que pasó tres meses buscando ejemplares en el mar Adriático, antiguo baluarte mediterráneo de esta especie.
«Lanzábamos carnada durante todo el día y a distintas profundidades, pero nunca encontramos señal alguna del gran tiburón blanco ?recuerda Pierce?. De hecho, hallamos muy pocas pruebas de la presencia de escualos en general. Fue aterrador y deprimente».
Aunque el avistamiento de grandes tiburones blancos en el Mediterráneo fue bastante común durante la segunda mitad del siglo pasado, «en los últimos años esos incidentes casi se han interrumpido del todo», agregó.
Salvar a los tiburones
El secreto para conservar las poblaciones restantes de tiburones es el manejo sostenible de pesquerías, cosa que los países mediterráneos siempre han tenido dificultades para implementar, prosiguió Pierce. Hoy día no existen límites para la pesca comercial de tiburones y mantarrayas en el Mediterráneo, asegura el Grupo de Especialistas en Tiburones de IUCN.
Además, sólo unas cuantas especies reciben protección como consecuencia de acuerdos de conservación. Una reciente prohibición para pescar en aguas profundas por debajo de los mil metros, junto con prohibiciones contra el uso de redes de arrastre y la práctica de quitar las aletas (muy codiciadas por su valor comercial, aunque el resto del cuerpo es desechado nuevamente en el mar) podría favorecer los esfuerzos de conservación, comentó el grupo. Sin embargo, hacen falta más y mejores medidas de legislación para que las poblaciones amenazadas tengan oportunidad de recuperarse, concluyó IUCN.