Duiqueros, pangolines y ateruros no son animales muy conocidos en Europa o Estados Unidos, pero un nuevo estudio estima que cada semana miles de kilogramos de su carne se trafican ilegalmente.
Duiqueros, pangolines y ateruros no son animales muy conocidos en Europa o Estados Unidos, pero un nuevo estudio estima que cada semana miles de kilogramos de su carne se trafican ilegalmente, para consumo humano, de África a mercados europeos, a menudo en el equipaje.
En el aeropuerto Charles de Gaulle en París, una investigación del servicio de aduanas, que duró 18 días, llevó al decomiso de más de 180 kg de carne de animales silvestres, incluidas ratas cortapastos y monos en peligro de extinción. Se encontró un pasajero que transportaba carne de cocodrilo fresca envuelta en plástico.
Anne-Lise Chaber, quien dirigió el estudio realizado por científicos europeos, comenta que la carne de animales silvestres constituye una parte esencial de la dieta de algunas regiones de África. Pero el comercio ilícito, pobremente vigilado, contribuye a la reducción de las poblaciones animales y plantea riesgos para la salud pública.
Considerada artículo de lujo en mercados extranjeros, la carne de animales silvestres suele tener ahí un precio muy elevado. En Estados Unidos, la zona Nueva York-Nueva Jersey y la zona metropolitana de Washington, D. C., son centros activos de importación y comercio, según Heather Eves de Bushmeat-free Eastern Africa Network.
«Solo 10 % del planeta no tiene acceso a las grandes zonas urbanas en un término de dos días -dice-. En ese tiempo se puede transportar gran cantidad de carne ahumada, seca e incluso fresca de animales salvajes desde las zonas silvestres».