El pasado domingo se reveló públicamente la momia del faraón Tutankamón por primera vez cuando se trasladó de su sarcófagoa una vitrina de alta tecnología.
El nuevo hogar de Tut preservará sus restos
El pasado domingo se reveló públicamente la momia del faraón Tutankamón por primera vez cuando se trasladó de su sarcófago a una vitrina de alta tecnología en una antecámara de su tumba cerca de Luxor. Se espera que el traslado atraiga a miles de visitantes fascinados por el cuerpo de 3 000 años de antigüedad -que hasta ahora han visto menos de 100 persona-? y así generar fondos para la preservación de antigüedades egipcias.
Pero los expertos aseguran que el traslado sirve para otro propósito igual de importante: preservar los restos, que se han deteriorado rápidamente a causa del calor y la humedad desde que se abrió la tumba de Tut hace 85 años. Los daños son tan graves que si la momia hubiera permanecido en su lugar original, en unas cuantas décadas hubiera acabado por desintegrarse.
«La momia está en peligro y necesita de protección inmediata», aseguró Zahi Hawass, secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto. Hawass dirigió a un equipo que examinó la momia en 2005 usando un escáner TC, primera vez en que la momia fue movida de su tumba en el Valle de los Reyes en casi 80 años.
Fue ahí cuando el arqueólogo notó un deterioro significante en la condición de Tut. «En menos de 50 se hubiera podido haber deteriorado la momia si hubiera permanecido en el sarcófago», explicó Hawass. El nuevo lugar de descanso del cuerpo es una de las vitrinas más avanzadas del mundo.
Puede controlar de forma precisa la humedad y la corriente de aire. También se llenará de una mezcla rica en nitrógeno, mortal para cualquier bacteria y hongo.
Momia en peligro
Cuando el arqueólogo británico, Howard Carter, y su equipo desenvolvieron por primera vez la momia de Tutankamón en 1925, encontraron al cuerpo entrelazado con joyas y amuletos, todas incrustadas en la resina embalsamadora que se utiliza durante la momificación.
Para sacar a Tut del ataúd y liberar las gemas, el equipo de Carter desmembró la momia al cortarla por la mitad en la pelvis y luego dividiéndola en 18 pedazos. El equipo también desconectó la cabeza de Tut de su torso para retirar la icónica máscara fúnebre de oro del rey.
Desde entonces, la momia se ha deteriorado con rapidez, particularmente a causa de la elevada humedad y el calor generado por la respiración del las 350 personas que diariamente visitan la antecámara de la tumba. La humedad relativa había alcanzado 95 %, expresó Shin Maekawa, científico del Instituto de Conservación Getty, en Los Ángeles.
Maekawa midió el clima interior de la tumba hace una década. «Es casi una condición saturada y en esa condición cualquier objeto orgánico será atacado por hongos y moho -comentó-. La tumba no cuenta con ninguna ventilación ni sistema para refrescar el aire, por lo que la densidad de bióxido de carbono y humedad generada por los visitantes tiende a quedarse en la tumba».
Las momias pueden sobrevivir por miles de años, en parte porque las tumbas se cerraban con cierres herméticos en tiempos antiguos. Una vez que se abrió la tumba, apuntó Maekawa, el aire de afuera entró y, en esas condiciones, «se hizo muy inestable».
De acuerdo a Kent Weeks, egiptólogo que descubrió las tumbas cercanas pertenecientes a los hijos del faraón Ramses, el clima y los altos índices de visita ya tuvieron efecto. «Mucho de ello se ha dañado -apuntó-. Probablemente lidian con sólo 70 % de lo que originalmente se encontraba ahí».
Hogar de alta tecnología
El nuevo hogar de la momia se diseñó para mantener a los restos seguros y que nos sufran más daño. El escaparate se construyó sobre una base de acero, con una vitrina rectangular de 2 metros de largo y un metro de ancho. La tapa de vidrio se levanta como una sola pieza con cuatro elevadores electro-hidráulicos.
Un sistema de filtración permite un intercambio de un máximo de 10 % del volumen con el aire del exterior cada 24 horas, según explicó Allan Dallas, director de ventas de Glasbau Hahn, la compañía alemana que la construyó. Es lo más hermética que puede llegar a ser una vitrina.
De acuerdo a Dallas, la vitrina eventualmente se alimentará con un generador para crear un ambiente de 99.6 nitrógeno dentro de sus confines y, de esta manera, matar a todos los microorganismos. Un aire atmosférico normal tiene apenas 80 % de nitrógeno. «Si tienes una momia -que es un objeto orgánico- y hay 99.6 % de nitrógeno en la vitrina, nada sobrevivirá -dijo-. Cualquier ambiente con más de 99.5 destruirá cualquier cosa viviente».
La vitrina todavía no tiene controles de temperatura, y no se sabe si los oficiales egipcios planean comprar tal sistema o dejar que el cuerpo permanezca en las condiciones actuales.
Delicado traslado
La mañana de su traslado, la momia yacía detrás de una gruesa lámina de vidrio dentro de la cámara fúnebre: un húmedo lugar de unos 20 metros bajo tierra y con un aire palpablemente denso. A pesar de su cubierta de vidrio, el polvo se había colado en el sarcófago y acomodado sobre el antiguo cuerpo. Para el traslado, la momia no se tocó en ningún momento.
Cinco hombres abrieron el sarcófago y pusieron la parte superior del sarcófago en el suelo. Luego situaron dos cuerdas bajo la caja de madera, la alzaron y la colocaron en su nueva vitrina, que se encontraba a unos 9 metros de distancia. Se estima que la momia y la caja pesaban de 18 a 23 kilogramos, según reportó Mostaza Wazery, egiptólogo del consejo de antigüedades.
El proceso de traslado se coreografió el día anterior, dijo Wazery, por lo que los riesgos de daño eran mínimos. Aunque la momia sí pudo haber sufrido algunos daños durante la transición, expresó Salima Ikram, profesora de egiptología en la Universidad Americana de Cairo.
«Cada vez que se toca un objeto antiguo y se le mueve de un lado a otro ?no importa qué sea el objeto, a menos de que se trate de un bloque de granito sólido? siempre habrá alguna alteración en su equilibrio. Desde 1922 ha estado básicamente dentro de ese ataúd y sarcófago y con una tapa, lo cual ha sido un microclima bastante diferente al que va a estar ahora».