Desde 2008, Erika Larsen vive en el extremo noreste de Noruega con una familia lapona de pastores de renos.
Además de fotografiar su estilo de vida, trabaja limpiando la casa. Esta inmersión, dice, le ayuda a entender mejor la cultura, que puede ser dura pero no carece de momentos tiernos. Eso se observa en la imagen de este pequeño reno cansado que fue transportado en vez de obligado a caminar. «Con los pastores lapones -dice- he observado la naturaleza, al mismo tiempo hermosa y brutal».