Aseguran expertos que debido a la poca participación de mujeres en los estudios, la vacuna sería más funcional para hombres
Este año más de mil 100 investigadores y científicos de todo el mundo se congregaron en Boston con motivo del evento ?Vacuna contra el SIDA 2012?, una serie de conferencias donde médicos, científicos y toda clase de investigadores de la salud, se reúnen para compartir ideas, últimos descubrimientos, promover la educación sobre la enfermedad y ayudarse a desarrollar una vacuna efectiva contra el VIH/SIDA.
En la conferencia, diversos científicos dijeron que los ensayos clínicos para probar la efectividad de vacunas contra VIH/SIDA continúan frustrando a los científicos porque no pueden descifrar si son eficientes para proteger a las mujeres o no.
En promedio sólo una quinta parte, de los participantes de la fase I y II del ensayo clínico de las vacunas contra VIH/SIDA son mujeres, y el resto son hombres, dejando un brecha muy grande entre las mujeres y los hombres enrolados en la investigación.
«Podríamos terminar con una vacuna que sólo responda al sistema inmunológico masculino? dijo Hanna Kibuuka, directora del Proyecto Walter Reed, un grupo que desarrolla una vacuna contra el VIH en la Univerisdad Makerer, Uganda. ?No sabemos si funciona igual en las mujeres» agregó la científica a Nature.
En el mundo existen más mujeres infectadas con VIH que hombres, pues ellas tienen una carga viral más alta y su respuesta podría ser diferente.
Merlin Robb, director clínico del programa de investigación de VIH de la milicia americana, dijo que si bien las mujeres africanas asisten a la detección, no tienden a inscribirse a ensayos clínicos.
La razón podría ser que el estudio requiere que las mujeres utilicen pastillas anticonceptivas, pero la mayoría de las mujeres que son aptas para el ensayo clínico están en edad reproductiva.
Las mujeres también buscan el consentimiento de sus parejas y padres de familia para poder participar en los ensayos, y muchas veces no se los permiten.
Danielle Pole, investigadora de ensayos clínicos del Virus del Papiloma Humano en Mali, África, agregó que sí existen muchas evidencias de barreras de consentimiento: la mayoría de las mujeres, incluso adultas, necesitan el permiso de sus familiares o esposo y la mayoría no se les permite participar en los ensayos.
La escasa participación femenina en los ensayos clínicos no es exclusiva de un sólo continente y es un problema que se replica en casi todos los lugares del mundo.
Para solucionarlo se han tomado diferentes medidas en diferentes países. Por ejemplo en San Antonio, Texas (EU), el Instituto Nacional de Cáncer realizó un ensayo clínico con mujeres hispanas, e implementaron transporte gratuito para las pacientes: recogerlas, llevarlas al ensayo, y regresarlas a su casa.
Rose Valdez Jackson, directora de reclutamiento para la Iniciativa de Salud en la Mujer, de la Universidad de Texas, aseguró que, aunque el ensayo ha tenido éxito, lo complicado es que las voluntarias mantengan una constante participación.
Así, ofrecieron asistencia médica gratuita, enviaron correspondencia a sus casas para recordarles su participación en el estudio, e incluso dieron conferencias para dar más información sobre el estudio.