El esqueleto es el más antiguo y completo que se haya descubierto en América.
Científicos encontraron en una cueva inundada en Quintana Roo el esqueleto humano completo más antiguo que se haya descubierto hasta ahora en el continente americano.
Nombrado «Naia», el esqueleto estaba acompañado por restos de tigres dientes de sable y perezosos gigantes.
El descubrimiento es también conocido como «La joven de Hoyo Negro», por su ubicación en la zona arqueológica de dicho nombre. Se trata de una joven de entre 15 y 16 años que murió dentro de la cueva inundada después de la última glaciación que finalizó hace 10,000 años.
Aunque los restos han sido estudiados en los últimos tres años, los científicos hoy destacan que proporcionan información importante para comprender la colonización de América. Resaltan que el esqueleto es el eslabón que faltaba para confirmar el vínculo entre los primeros pobladores de América y los indígenas contemporáneos en el continente.
«Naia» ha sido fechada con una antigüedad de entre 13,000 y 12,000 años en laboratorios de Estados Unidos y Canadá.
El descubrimiento se logró tras un emprendimiento conjunto entre el INAH, National Geographic Society, el Instituto Waitt, el Archaeological Institute of America y la National Science Foundation.
Dominique Rissolo, arqueólogo del Instituto Waitt, expuso que hoy los cenotes y las cuevas inundadas de la Península de Yucatán son las fuentes más prometedoras para el estudio del hombre Paleoamericano. «Estos sitios sumergidos que datan de la era de hielo son una oportunidad única para conocer una parte de la historia humana desconocida hasta hoy respecto a la interacción entre el ser humano y su medio ambiente en un entorno prehistórico completamente distinto al actual», expuso.
La información para los análisis realizados fue obtenida a partir de fotografías, videos y muestras tomadas por espeleobuzos a petición de los especialistas.
De acuerdo con la ética obligada de dejar los restos en su lugar, se decidió estudiarlos in situ como indica la Convención 2001 de la UNESCO sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático, de la cual México es signatario. Sin embargo, a fin de garantizar la seguridad de los vestigios más representativos del esqueleto de «Naia», éstos fueron extraídos y se encuentran bajo resguardo del INAH, detalló un comunicado.
Fotografías: Roberto Chávez Arce. Archivo SAS/INAH