Un equipo internacional de investigadores sugiere que el virus del VIH viajó directamente de África a Haití.
La nueva investigación abre un debate sobre la ruta de la epidemia
Un equipo internacional de investigadores sugiere que el virus del VIH viajó directamente de África a Haití, de donde se diseminó a gran parte de Estados Unidos y el resto del mundo a partir de 1969. Los hallazgos han zanjado un debate crítico sobre la historia y ruta de transmisión del mortífero virus, afirman los científicos.
Incluso antes de identificar al VIH como causante del sida, se había desatado un candente debate en torno del papel de Haití en la epidemia. Por ejemplo, cuando Estados Unidos reconoció oficialmente el sida en 1981, el elevado predominio de la enfermedad entre inmigrantes haitianos provocó especulaciones en el sentido de que la isla caribeña era fuente de la misteriosa enfermedad.
Otra teoría sostenía que la epidemia de SIDA se diseminó desde Estados Unidos a mediados de la década de 1970, cuando Haití se convirtió en un popular destino de turismo sexual. El grupo de científicos dirigido por Michael Worobey, biólogo evolucionista de la Universidad de Arizona, en Tucson, trató de resolver la interrogante al remontar la historia familiar de un subtipo viral al que se le atribuye la epidemia desatada en América del Norte.
Los hallazgos sugieren que nativos de Haití regresaron de África a su isla portando la enfermedad poco después que el virus hiciera su aparición en el continente negro. El nuevo estudio apareció en la versión en línea de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.
Raíz de la epidemia
El VIH se transmite comúnmente en transfusiones de sangre contaminada, agujas sucias y relaciones sexuales sin protección. La infección suele provocar una enfermedad que amenaza la vida y en la cual las defensas inmunitarias del cuerpo son sistemáticamente inutilizadas.
Hay dos especies de VIH que pueden infectar a los humanos: VIH-1 y VIH-2. El primero es más agresivo, se transmite con mayor facilidad y ocasiona la mayor parte de las infecciones globales por VIH. VIH-2 es menos infeccioso y está confinado, en gran medida, a algunas regiones de África occidental.
Con base en las diferencias halladas en uno de los nueve genes que lo componen, el virus VIH-1 se divide en tres grupos principales. El más generalizado, conocido como Grupo M, tiene ocho subtipos geográficos bien definidos. Worobey y sus colegas estudiaron el subtipo B que, aunque se encuentra principalmente en América del Norte y Europa, es la cepa que afecta más países.
Los investigadores analizaron muestras de tejido de cinco pacientes haitianos que desarrollaron SIDA entre 1982 y 1983. Los cinco individuos habían emigrado recientemente a Estados Unidos y fueron de las primeras víctimas detectadas.
A partir de los genes de VIH-1 obtenidos de los cinco haitianos y las secuencias genéticas del subtipo B recogidas en otros 19 países, los científicos desarrollaron un árbol genealógico que sitúa al virus haitiano en la base de todas las ramas. «Es una prueba contundente de que VIH-1 subtipo B llegó y comenzó a diseminarse en Haití antes que en cualquier otra parte», afirma Worobey.
Se piensa que el virus fue transportado por profesionales haitianos que volvían de Zaire (actual República Democrática del Congo) a consecuencia de una oleada de nacionalismo que estalló en aquel país en la década de 1960. Con el recurso de avanzadas técnicas estadísticas, Worobey y sus colegas calcularon que la cepa del subtipo B llegó a Haití alrededor del año 1966 y entró en Estados Unidos en 1969.
«Hasta su reconocimiento, en 1981, el virus del SIDA circuló crípticamente [oculto] durante casi 12 años dentro de un ambiente médico muy sofisticado», apuntó Worobey.
Investigación evolucionista
Aunque no participó en el estudio, Beatrice Hahn, microbióloga de la Universidad de Alabama en Birmingham, comentó: «El artículo es una estupenda obra de investigación evolucionista. Demuestra que un acontecimiento aleatorio puede dar origen a una grave epidemia y que un virus introducido en las condiciones adecuadas puede causar enormes estragos».
«Los hallazgos son significativos» agregó Robert Garry, microbiólogo de la Universidad de Tulane, pues indican que «una importante línea del VIH subtipo B estuvo presente en Haití y a la larga, se diseminó al resto del mundo». Sin embargo, no está del todo convencido de que el origen haitiano sea la única explicación para las cepas subtipo B presentes en el continente americano.
Es muy factible que otras líneas B aparecieran en las Américas antes y, muy probablemente, con independencia de la variante haitiana. «Es posible que el VIH hiciera numerosas incursiones en Estados Unidos las cuales, en su mayoría, no se diseminaron o lo hicieron crípticamente durante algún tiempo, antes de desaparecer -prosiguió-. El subtipo que nos ocupa en este artículo parece haber sido la bomba que finalmente estalló».
Worobey, líder del estudio y antiguo bombero forestal, gusta de utilizar la analogía del fuego. «Es como un incendio en un bosque: suele producir chispas que vuelan por delante de las llamas. Algunas chispas se apagan. Pero de vez en cuando, una de ellas puede iniciar una nueva conflagración. Y eso es lo que sucedió en este caso».
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