La familia de Alejandro Magno y la figura de su madre
Olimpia, originalmente llamada Myrtale, nació alrededor del 375 a.C. Era hija de Neoptólemo (el rey de Epiro) y probablemente adquirió su segundo nombre cuando su esposo Filipo II ganó en los Juegos Olímpicos. Juntos, Olimpia y Filipo II, que en aquel entonces reinaba en Macedonia, engendraron a Alejandro Magno.
Alejandro el Grande nació el mismo año en el que su padre había ganado en los Juegos Olímpicos. De acuerdo con Britannica, la poligamia de Filipo II trajo problemas a la familia real hasta el 337 a.C, apenas un año antes de que Alejandro tomara el trono. Su padre se casó con una macedonia de alta alcurnia llamada Cleopatra y Olimpia, enojada y con hambre de venganza, decidió volver a Epiro.
Un año después un miembro de la guardia real asesinó a Filipo II. También su esposa Cleopatra y su hija recién nacida fueron asesinadas. Aunque no esté confirmado, todas estas muertes se le atribuyen a Olimpia. Alejandro tomó el control de Macedonia y su madre se convirtió en una de las piezas clave en el devenir de su imperio.
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El rol de Olimpia en el poderoso imperio de su hijo
Poco después de asumir el cargo como rey, Alejandro inició una invasión en Asia para expandir su imperio. Mientras tanto, Antípatro (un general de Filipo II) quedó a cargo de Macedonia. Olimpia discutía frecuentemente con él sobre temas asociados al gobierno macedonio y entonces, decidió -otra vez- regresar a Epiro. No regresaría a Macedonia hasta después de la muerte de Alejandro.
«Tras la muerte de Antípatro en el 319 (Alejandro había muerto en el 323), su sucesor, Poliperconte, invitó a Olimpia a actuar como regente para su joven nieto, Alejandro IV (hijo de Alejandro Magno)», señala Britannica.
Originalmente Olimpia rechazó la oferta para actuar como la regente de su nieto en Macedonia; sin embargo, sus planes cambiaron cuando Casandro, hijo de Antípatro, nombró a Filipo III el nuevo rey. Esta decisión enfureció a Olimpia y ordenó su ejecución y la de su esposa. Regresó a Macedonia, pero fue detenida por Casandro y condenada a muerte, pero los soldados se negaron a matarla.
Finalmente, algunos familiares de aquellos a quienes había ejecutado la asesinaron. La polémica y despiadada Olimpia grabó su nombre en la historia no solo por ser la madre de Alejandro Magno, sino también por haber participado activamente en Macedonia. Además, fue parte importante en los primeros años del periodo de su hijo e incluso, tras el final del mismo.
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