La danza del antiguo Egipto se transformó a través de los imperios. Los movimientos solemnes de los rituales dieron paso a rutinas acrobáticas cada vez más sofisticadas.
Los antiguos egipcios integraron la danza en su vida cotidiana como expresión de placer, fe y conexión espiritual. Bailaban para celebrar, rendir culto y facilitar el tránsito de sus difuntos al más allá. Las tumbas y templos de hace dos mil años conservan representaciones de bailarines, revelando sus movimientos, vestuarios e instrumentos.
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Cómo era la danza en el Antiguo Egipto
La danza ocupó un lugar destacado en la vida y la muerte de los antiguos egipcios. Escenas cuidadosamente talladas o pintadas ilustran a grupos de bailarinas y hombres ejecutando movimientos coordinados. Estas imágenes reflejan su importancia en ceremonias solemnes y celebraciones.
Durante festivales religiosos o ceremonias funerarias, sacerdotes y artistas rituales, conocidos como khener, interpretaban danzas formales para honrar a los dioses. En las procesiones fúnebres y banquetes junto a la tumba, bailarinas y músicas también ejecutaban coreografías cargadas de simbolismo. La danza servía como un ritual esencial para facilitar el renacimiento y la regeneración de los muertos.
Las convenciones que guiaban estos bailes se desarrollaron tras la unificación del Alto y el Bajo Egipto en las primeras dinastías.
Algunas representaciones muestran a bailarinas de distintas edades tocando instrumentos funerarios, como un objeto similar a una pandereta y otros parecidos a las castañuelas. En las escenas también aparecen bailarines con palos arrojadizos, empleados originalmente para cazar aves, en una fusión de movimientos rituales y cotidianos. Otro instrumento clave era el sistro, un sonajero de barras con pequeños discos metálicos que marcaba el ritmo de los movientos.
En tumbas nobles de Tebas, frescos detallados retratan a bailarinas alineadas realizando posturas simbólicas. Por otro lado, en el templo de Hathor en Dendera, las danzas dedicadas a la diosa del amor y la música subrayan la conexión entre danza, espiritualidad y celebración, consolidando su papel como una expresión integral de la cultura del Antiguo Egipto.
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Los egipcios también bailaban por placer
Durante el Imperio Medio (1975-1640 a. C.), las artes florecieron bajo un gobierno renovado. En este periodo, las danzas rituales de Egipto, antes reservadas a los templos y accesibles solo a sacerdotes, se transformaron. Los rituales se trasladaron al aire libre, convirtiéndose en procesiones públicas donde el baile adquirió un carácter alegre y participativo.
La Historia de Sinuhé, uno de los textos más antiguos de esta época, refleja este cambio. El relato describe cómo, tras su regreso a Egipto, Sinuhé bailó de alegría mientras su ciudad celebraba con danzas y cantos. Este testimonio literario ilustra cómo la danza pasó a ser una expresión colectiva de júbilo en la vida pública del Egipto del Imperio Medio.
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