Nuevos hallazgos dan evidencia de que las comunidades de la Edad de Hierro tenían ritos distintos para los bebés con síndrome de Down.
Un descubrimiento reciente sugiere que, en la Edad de Hierro, algunas sociedades rendían un tributo funerario especial a los bebés con síndrome de Down. Esto fue lo que vieron científicos que se encontraban analizando el ADN de 10 mil individuos pertenecientes a poblaciones humanas de aquel tiempo.
Los autores del estudio, que ahora está publicado en Nature Communications, reportaron seis casos de personas que pasaron por alguna alteración cromosómica: cuatro en Navarra (España) y otros dos en Grecia y Bulgaria.
Entierros fuera de lo ordinario
Estos seres humanos eran bebés que murieron por causas naturales antes o después de nacer. De ellos, tres tenían síndrome de Down y uno síndrome de Edwards.
Algo en común que vieron los investigadores es que estos bebés fueron enterrados con bienes funerarios, como anillos de bronce, una concha del Mediterráneo y ovejas enteras. Los entierros se encontraron debajo de casas de la época.
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En total, todo esto marca una diferencia con relación a los ritos funerarios que se acostumbraban en la Edad de Hierro. En este sentido, lo que los arqueólogos han visto es que la incineración era el medio más utilizado.
La hipótesis de los autores del estudio es que los bebés con síndrome de Down eran reconocidos perfectamente por las comunidades de esos años. De ser así, la experiencia les habría mostrado, dadas las limitaciones de aquellos años para tratar esas condiciones, que estos humanos tendrían una expectativa de vida menor.
La intención de los científicos es seguir buscando este tipo de entierros, para ver si la tendencia se repite en otros yacimientos de la época. Por lo pronto, los autores sostienen que sí podría haberse dado un lugar especial, y de sumo respeto y cuidado, a los bebés con síndrome de Down.
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