La ciudad maya de Calakmul fue diseñada urbanísticamente con canales, represas y demás cuerpos de agua artificiales para la población, revela el INAH.
Palacios, lugares de adoración, lujosos espacios habitacionales y otros complejos arquitectónicos se encontraron en el yacimiento maya de Calakmul, al suroeste de Campeche, México. Todas estas estructuras habían estado escondidas de la mirada humana por la selva —hasta ahora. Recientemente, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) reveló nuevas imágenes del sitio que, a partir de tecnología de teledección láser, permiten un nuevo panorama sobre la antigua ciudad maya.
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Emergió la ciudad de las ‘Tres Piedras’
Originalmente, según los registros de Arqueología mexicana, los mayas se referían a la ciudad como ‘Oxte’Tun’, que se ha traducido como Tres piedras. Ubicado en la zona del Petén, el sitio arqueológico comprende al menos 700 mil hectáreas de selva y ruinas. Con más de 6 mil estructuras mayas, el espacio funge también como una reserva de la biosfera —»la segunda reserva natural más grande de América,» según el INAH.
No se supo de la existencia de Calakmul hasta el siglo XX, durante la década de los 30, cuando un equipo de biólogos y mayistas extranjeros exploraron la Península de Yucatán. Por las dimensiones extraordinarias de la ciudad, se piensa que este centro de la civilización maya tuvo más aliados, incluso, que la misma Tikal.
Se sabe, además, que la ciudad de Calakmul fue «la cabecera de una de las superpotencias de las Tierras Bajas mayas«, documenta la Mediateca del INAH, entre los años 635 d.C. hasta el 850 d.C. Con todo lo anterior, en 2014, la UNESCO declaró al sitio como Patrimonio Mundial Mixto.
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Como sucede frecuentemente en México, sólo algunas de las estructuras de las antiguas ciudades mesoamericanas han salido a la luz. Lo mismo sucedió en Calakmul: los investigadores que han investigado el sitio saben que, más allá de las ruinas turísticas, la riqueza de la ciudad sigue enterrada por debajo de la selva.
Por ello, las imágenes recientes del INAH revelan un nuevo rostro de Calakmul. El INAH colaboró con científicos del Proyecto Arqueológico Bajo Laberinto, dirigido por la Universidad de Calgary. A partir de la tecnología del Laser Imaging Detection and Ranging (LiDAR), descubrieron una «ciudad inmensa», según la describen en un comunicado:
“Mediante el uso de imágenes LiDiAr, ahora podemos comprender completamente el inmenso tamaño del asentamiento urbano de Calakmul y sus modificaciones sustanciales del paisaje, que respaldaron un sistema agrícola intensivo”, explica la doctora en antropología Kathryn Reese-Taylor, quien lideró el estudio.
Según las imágenes, la tierra disponible se cubrió con “canales de agua, terrazas, muros y represas,” documenta el equipo de investigación. Lo más probable es que estos cuerpos de agua artificiales sirvieran “para brindar seguridad alimentaria y de agua a los residentes”, añaden.
Sólo a partir de la tecnología LiDiAr, los investigadores lograron dimensionar la densidad poblacional de Calakmul, así como las modificaciones paisajísticas que los mayas realizaron en el asentamiento.
La imagen obtenida con la tecnología LiDiAr está protegida por derechos de autor, pero se puede ver en todo su esplendor en el portal oficial de la Universidad de Calgary.
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