UNIVERSIDAD DE LA SAPIENZA
Sucedió en el sitio arqueológico de Melka Kunture, 50 kilómetros al sur de la capital etíope, Addis Abeba. Un equipo de arqueólogos de la Universidad de la Sapienza, en Roma, encontró una serie de herramientas prehistóricas cuidadosamente labradas. Por la antigüedad de piezas que se han encontrado en los yacimientos circundantes, los investigadores tenían claro que el hallazgo dataría de millones de años atrás.
Nunca se imaginaron qué tanto.
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El conjuro de herramientas prehistóricas se encontró en la meseta etíope, escriben los autores, a unos 2 mil metros sobre el nivel del mar. En este mismo espacio, hasta ahora, se han reportado una multiplicidad de hallazgos de hace entre 2 millones y 5 mil años atrás. Por ello, se tiene como un espacio que arroja luz sobre diferentes fases de la evolución humana.
A diferencia de otros lugares en Etiopía, Melka Kunture se distingue por tener un clima fresco y lluvioso. Por ello, también, la flora y la fauna locales son únicas en su tipo. En el estudio, publicado recientemente en Nature Ecology and Evolution, los investigadores resaltaron el descubrimiento de una ‘cantidad impresionante’ de instrumentos de obsidiana, así como de astillas que se generaron durante su manufactura.
De acuerdo con la datación realizada, las herramientas tienen al menos 1.2 millones de años de antigüedad. No sólo eso: parece ser que fueron parte de un estándar de producción, realizados «por manos expertas», según las describen los arqueólogos.
“El hecho de que en Simbiro no hubiera otro tipo de herramientas, a excepción de estas herramientas de obsidiana de alta calidad, nos lleva a pensar que se trataba de un sitio de producción especializada”, explica la arqueóloga Margherita Mussi, directora de la excavación desde 2011, en un comunicado. “Es decir, se trata de un taller de producción, el más antiguo que se conoce ya que los conocidos hasta ahora no superan los 300 mil años”.
A partir de la evaluación espacio-temporal que se hizo de este espacio, los investigadores lograron reconstruir el trazo de un antiguo río que corría por Melka Kunture. Esto sugiere que los asentamientos humanos escogieron este lugar para establecerse por conveniencia. De aquí mismo, en la plenitud del Pleistoceno inferior, extrajeron la obsidiana.
Por ello, Mussi enfatiza que el hallazgo de estas herramientas prehistóricas arroja nueva luz sobre el desarrollo de la creatividad en nuestra especie. «El hallazgo de este taller pone de relieve una etapa fundamental en el desarrollo de la inteligencia humana», concluye la especialista: «la innovación, que está vinculada a la creatividad«.
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