El hallazgo de ‘Neve’, la bebé más antigua encontrada en Europa, revela cómo las mujeres llevaban los embarazos prehistóricos cuando inició la agricultura.
El cuerpo de Neve se enterró con una tela adornada con conchitas. Al morir, su madre la llevaba cerca de su seno, en un cabestrillo especial para cargar bebés recién nacidos. A partir de ello, un equipo de científicos descubrió que, hace 10 mil años, los ya tenían cuidados especiales para las mujeres en periodo de gestación. Así se llevaban los embarazos prehistóricos.
Los entierros infantiles tan antiguos son extremadamente raros, detallan los autores del estudio. A partir de sus dientes, los investigadores determinaron que es la bebé más antiguo de Europa. El caso de ‘Neve’ fue excepcional porque, además, se conservó la tela con la que la bebé fue envuelta. Esto fue lo que encontraron.
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¿Cómo eran los embarazos durante la Prehistoria?
Alrededor del comienzo de la agricultura, los empezaban a tener consideraciones especiales para los embarazos prehistóricos. En el caso de Neve, por ejemplo, se sabe que los miembros de la comunidad la cargaron con un cabestrillo durante su corta vida. Y lo que es más: la enterraron de manera ritual, con varias cuentas alrededor de la tumba.
El cuidado y detalle con los que fue enterrada sugieren que Neve fue muy querida por sus familiares y seres cercanos, explican los científicos. Aunque no se conserva la envoltura original, las perforaciones que se hicieron en las conchas indican que alguien las ensartó para coserlas a un entramado más complejo, que requirió horas de trabajo.
Los investigadores piensan que la cobertura de Neve podría venir de tela especial para bebés, o de la ropa interior de alguno de los miembros de la comunidad. De acuerdo con la antropóloga Claudine Gravel-Miguel, de la Universidad Estatal de Arizona, el cabestrillo con el que se arropó a Neve se usó desde mucho antes de que ella naciera:
«Los resultados del estudio sugieren que los miembros de la comunidad del bebé usaron las cuentas durante un período considerable antes de coserlas en un cabestrillo, posiblemente para mantener al bebé cerca de los padres mientras permitían su movilidad, como se ve en algunos modernos. grupos de recolectores», escriben para Journal of Archaeological Method and Theory.
Generalmente, este tipo de adornos se asocian al género, estatus e identidad del bebé. Sin embargo, según documenta Science Alert, los autores no descartan que pudiera «ser una forma de protección espiritual». Por ello, los autores suponen que ésta es una de las primeras evidencias de cuidado infantil que se tienen en la historia.
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