50 piezas de piedra con diseños grabados en la superficie podrían ser la primera evidencia de arte móvil en la historia.
Se tiene la idea errónea de que los homínidos eran seres torpes, cognitivamente inferiores y con poco desarrollo espiritual. Conforme se han encontrado muestras de arte rupestre en cuevas y otros espacios que los primeros seres humanos habitaron, los antropólogos tienen más sustento para afirmar exactamente lo contrario.
Tal es el caso de 50 piedras grabadas con diseños ‘artísticos’, encontradas recientemente en el sitio de Montastruc, un yacimiento prehistórico cerca de los Pirineos, en Francia. Decoradas en los bordes con pigmentos rosas, podrían ser la primera evidencia de arte móvil en la historia de la humanidad.
¿Cuáles son las características del arte rupestre?
Se entiende como ‘arte rupestre’ a los restos de dibujos, diseños y demás manifestaciones artísticas que los seres humanos primitivos dejaron en los espacios que habitaron. Los más ejemplos más comunes se encuentran al interior de cuevas oscuras, como a de Lascaux, al suroeste de Francia.
Así como en Lascaux, en otras cuevas se han encontrado dibujos de jornadas de cacería, animales corriendo y familias compartiendo momentos en comunidad. Algunos diseños están impresos con varios colores, y aprovechan las tonalidades y volúmenes de las piedras para representar los cuerpos de ciertas especies.
A pesar de que éste es el ejemplo más representativo del arte rupestre, no es el único yacimiento paleolítico que existe. Por el contrario, la cueva de Montastruc demuestra que los seres humanos prehistóricos realizaban sus desarrollos artísticos en completa oscuridad.
El fulgor de fogatas discretas era suficiente para que llevaran a cabo las primeras piezas de orfebrería, así como los primeros grabados en piedra con fines artísticos, según el estudio que condujo la Universidad de York. Aunque el sitio se encontró originalmente hacia finales del siglo XIX, nunca antes se habían visto piezas de piedra intervenidas con diseños así de elaborados, aseguran los arqueólogos de la institución.
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A la luz de antorchas y fogatas
Las placas de piedra que se extrajeron de Montastruc son únicas en su tipo, porque existen pocos ejemplos de piezas similares. Lo que verdaderamente llamó la atención del equipo de investigación británico fue que, aunque pudieron realizarse a plena luz del día, los homínidos prefirieron hacer estos grabados en completa oscuridad.
La autora principal del estudio, Izzy Wisher, arqueóloga del departamento de Arqueología de la Universidad de Durham, describe el fenómeno como sigue:
«En algunos trabajos de principios del siglo XIX, los excavadores sugirieron que [las placas de piedra] estarían colocadas cerca de las fogatas encendidas. Otros investigadores identificaron roturas relacionadas con el calor en algunas partes de Francia”, explica a SINC la especialista.
El hecho de que 50 piezas de piedra grabada fueran encontradas cerca de las fogatas prehistóricas, explica Wisher, no escasualidad. Por el contrario, indica que aquellos artistas primitivos utilizaron la luz del fuego para alumbrar su proceso creativo. Y lo que es más: que podrían ser parte de rituales antiguos, que todavía no han sido descritos.
El proceso, sin embargo, no fue exclusivo de estas placas de piedra:
“El arte rupestre producido en cuevas oscuras se habría producido en condiciones similares», escriben los autores en el estudio, «donde la oscuridad habría sido una constante y todo el arte se habría producido bajo la influencia de la luz parpadeante de velas, antorchas o fuegos».
Los arqueólogos aseguran que estas placas son evidencia de un avance cognitivo importante en las poblaciones de homínidos paleolíticos, que ya podían usar la luz y los volúmenes para representar formas más complejas. Las piezas forman parte del acervo del Museo Británico actualmente.
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