Honrando a Mercurio, Júpiter y Hércules, un antiguo santuario romano se construyó en los Países Bajos. Podría ser el templo más grande del norte de Europa.
Hace 2 mil años, los soldados romanos tenían la intención de elevar sus plegarias mientras concretaban sus campañas expansionistas. Así lo demuestra un templo desenterrado recientemente en Zevenaar, una ciudad actualmente holandesa. Los arqueólogos involucrados en la excavación describieron a este complejo como «uno de los más extensos en el norte de Europa». Con altares dedicados a Mercurio, el mensajero de los dioses, a Júpiter, señor del tiempo, y a Hércules, el semidiós hijo de Zeus, podría tratarse del santuario romano más grande de los Países Bajos.
A partir de las ruinas encontradas, los investigadores piensan que este espacio se utilizó como un lugar sagrado para concretar sacrificios a algunas de las deidades masculinas más veneradas en el Imperio Romano: Mercurio, Júpiter y Hércules. En aquel entonces, ésta era una región inexplorada militarmente por los romanos. Sin embargo, por el poderío económico y político que gozaba el Imperio hacia el siglo I d.C., podían alzar santuarios de esta envergadura.
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En los últimos límites del Imperio Romano
El santuario romano encontrado en los Países Bajos, aseguran los arqueólogos, se construyó en uno de los últimos límites del Imperio hacia el siglo I d.C. Se ubica actualmente «cerca de la bifurcación de los ríos Rin y Waal y a un corto paseo de los fuertes romanos a lo largo de Limes de la Baja Alemania», según documenta Live Science. En aquel entonces, dicen los especialistas, ésta era la frontera más septentrional de Roma.
A partir de las ruinas encontradas, los investigadores piensan que este santuario era mayormente visitado por soldados romanos. A pesar de estar tan lejos de Roma, constaba de al menos tres templos grandes y fastuosos, con altares pequeños dedicados a divinidades diferentes. Lo más probable es que los miembros de las fuerzas armadas llevaran a cabo sus votos sagrados ahí mismo, dice Eric Norde, arqueólogo de la agencia de arqueología holandesa RAAP.
Monedas y piezas de joyería están entre los artículos que se han encontrado en el sitio. Artículos personales de guerra, como armaduras, arneses para caballos y lanzas, arrojan luz sobre el carácter militar del espacio. «Es el santuario romano mejor conservado de los Países Bajos, y quizás en un área mucho más grande», enfatiza Norde. «Es bastante extraordinario».
En lo alto de una colina holandesa
El santuario del templo se construyó en lo alto de una colina holandesa, vecina de la confluencia de los ríos. Posiblemente, los romanos escogieron este espacio para estar más cerca de las alturas, de manera literal y simbólica. Antiguamente, el santuario contaba con una escalinata de piedra que llevaba al caudal, y un pozo que lo abastecía de agua potable.
Los arqueólogos piensan que fue un espacio sagrado de sacrificio por los ojos de agua artificiales que se construyeron alrededor de los templos pequeños. Algunos de ellos, explican, «parecen haber albergado grandes hogueras de sacrificio«.Las excavaciones empezaron en 2021. Aunque ya están muy avanzadas, el sitio todavía no está abierto para el acceso público, explican las autoridades holandesas en un comunicado.
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