Las estrellas de mar del Templo Mayor y el Imperio mexica
Por su lejanía con las costas mexicanas, la civilización mexica no suele ser asociada con la vida marina. Sin embargo, recientemente arqueólogos descubrieron una magnífica ofrenda con estrellas de mar en Tenochtitlan. El hallazgo tuvo lugar en el antiguo edificio de Cuauhxicalco, un sitio reconocido por ser el lugar de enterramiento de varios tlatoanis mexicas en el Templo Mayor.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), los expertos empezaron a hallar estrellas de mar en Tenochtitlan desde el año 2019. En las recientes excavaciones, los arqueólogos quedaron sorprendidos con cómo las estrellas habían logrado conservarse. Rápidamente, identificaron que el 80% de una de las ofrendas en Cuauhxicalco estaba cubierta con ellas.
Según otro comunicado de la Gaceta UNAM habían un total de 164 estrellas de mar en la ofrenda del Templo Mayor, todas provenientes del océano Pacífico. El descubrimiento a manos del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICML) de la UNAM y antropólogos del INAH, supuso un avance más para el conocimiento sobre las ofrendas mortuorias mexicas y su particular relación con el mar.
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La ofrenda y su relevancia histórica
Probablemente la ofrenda estuvo dedicada al dios de la guerra Huitzilopochtli. Las estrellas de mar y otros objetos marinos como erizos de mar, de costas a 245 kilómetros de Tenochtitlan, eran considerados objetos de mucho valor. Por ello formaban parte de las ofrendas a algunas de las deidades prehispánicas más importantes. Asimismo, junto a las estrellas, los arqueólogos descubrieron restos de un jaguar.
«Conforme avanza el poderío y crece el imperio en extensión, (las ofrendas) empiezan a ser más diversas, por lo que en la 126 había más productos de ambas costas del país, lo que indica a los biólogos la biodiversidad, pues inclusive se han encontrado tiburones en algunas», señaló el doctor Francisco Solís Marín del ICML.
Otras ofrendas también han contado con materiales del Pacífico; por ejemplo, en el año 2005 una ofrenda (probablemente asociada a Tlaltecuhtli, diosa de la Tierra) tenía algunos pepinos de mar. La extracción de los materiales marítimos dependía exclusivamente de los pulmones de los mexicas.
Finalmente, los descubrimientos de estrellas de mar en Templo Mayor son muestra del complejísimo estilo de vida de la antigua Tenochtitlan. Si bien aun queda mucho por descubrir sobre las culturas prehispánicas, la increíble conservación de las ofrendas y los esfuerzos arqueológicos consiguen acercarnos a las tradiciones de los imperios que definieron nuestra vida entera.
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