El consenso histórico ha catalogado el 536 como el peor año para la humanidad. Aquí te contamos cómo era vivir en la peor época de la historia.
El año 536 ha sido descrito por muchos historiadores como “el peor año para estar vivo”. Es cierto que la reciente pandemia o las Guerras Mundiales fueron épocas terribles, pero hay razones para pensar que el año 536 fue mucho peor.
El año 536: El inicio del fin
Imagina un mundo donde el sol desaparece del cielo, sumiendo a la Tierra en una permanente penumbra. Este no es el argumento de una novela post-apocalíptica, sino una realidad que alguna vez la humanidad enfrentó.
Todo comenzó a principios del año 536. Una nube de polvo comenzó a cubrir todo el hemisferio norte. La densidad de la niebla era tan opaca que el sol apenas brillaba como una luna pálida. Los historiadores encontraron registros que describían cómo las personas vivían la situación:
“[…] el sol parece haber perdido su luz habitual y tiene un color azulado. Nos maravilla no ver las sombras de nuestros cuerpos al mediodía y sentir que el poderoso vigor de su calor se ha debilitado.” Escribió el senador romano Casiodoro.
Gracias a una alianza entre historiadores y científicos, se lograron emplear técnicas muy avanzadas para entender que el origen de este terrible suceso climático fue por una serie de erupciones volcánicas. El dendroclimatólogo, Ulf Büntgen, descubrió evidencias de erupciones volcánicas en los años 536, 540 y 547 en los anillos de los árboles. Mientras tanto, otros científicos estudiaron núcleos de hielo y un glaciar suizo.
Pero, como escribió el historiador Procopio en ese año, “se ha producido un presagio muy temible”, y este solo era el inicio de un escenario aún peor.
El gran colapso social y ambiental
Para finales del año, la luz y el calor se encontraban en su mínimo. El llamado “invierno volcánico” provocó que en Europa y Asia la temperatura bajara entre 1.5 y 2.5 grados Celsius. Mientras tanto, en China, las nevadas se prolongaron durante todo el verano, destruyendo cosechas y provocando hambrunas.
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Los cultivos dejaron de crecer, la gente y los animales comenzaron a morir de hambre y los niños crecían muy débiles por la falta de luz solar. En poco tiempo, algunas sociedades entraron en colapso y los habitantes se alzaron en armas unos contra otros. La violencia, el hambre y la oscuridad se volvieron lo cotidiano.
La densa niebla sobre el cielo duró 18 meses; sin embargo, sus consecuencias prevalecieron por décadas. Aparte de la hambruna y el conflicto, apenas 5 años después, en el año 541, la humanidad fue testigo del inicio de la Plaga de Justiniano. Esta fue una pandemia que se propagó desde el Imperio Bizantino, matando a millones y debilitando a una civilización ya muy lastimada.
Y… ¿Qué pasó después?
Para nuestros ancestros que vivieron tal catástrofe, les era difícil comprender la magnitud de sus condiciones. Hoy en día, podemos observar los tiempos actuales con los de aquel momento y afirmar que la época del año 536 fue la peor para estar vivo.
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A pesar de las catástrofes, la humanidad sobrevivió. La experiencia de aquellos años oscuros dejó una huella indeleble en las culturas de todo el mundo. Las comunidades se adaptaron, aprendieron a enfrentar la adversidad y, eventualmente, prosperaron una vez más.
Este texto fue escrito por Emilio Flores Escalona, periodista comunicólogo apasionado por la reflexión, la política y la cultura. Colabora como redactor en National Geographic en Español.
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