Hace 177 años, las banderas estadounidenses ondearon en el Zócalo de la Ciudad de México; incluso una de ellas llegó a lo más alto del Palacio Nacional.
El 13 de mayo de 1846, Estados Unidos declaró la guerra a México tras presiones y deseos de apoderarse de los territorios del norte mexicano. A cuatro meses de iniciado el conflicto, el general Winfield Scott capturó la Ciudad de México en septiembre de 1847, y la bandera estadounidense ondeó en lo alto de Palacio Nacional.
Así la Ciudad de México se convirtió en la primera capital extranjera ocupada por el ejército de Estados Unidos.
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Estados Unidos toma la Ciudad de México
El expansionismo estadounidense, impulsado por el presidente James K. Polk, llevó a la Guerra México-Estados Unidos tras la anexión de Texas y el Territorio de Oregón. Después de más de 15 meses de combates, que dejaron miles de bajas en ambos bandos, las tropas estadounidenses hicieron su entrada triunfal en la capital mexicana.
El 8 de agosto de 1847, Winfield Scott llegó a la Ciudad de México al mando de 14,000 hombres. Entre el 19 y el 20 de agosto comenzaron los enfrentamientos que culminaron con la toma de la ciudad. La primera batalla, en Padierna, ocurrió en lo que hoy es la Alcaldía Álvaro Obregón.
Los soldados combatieron en los alrededores de la ciudad, en zonas como el Pedregal de San Ángel y San Jerónimo. Al amanecer, los combatientes continuaban en sus posiciones, pero el general Santa Anna ordenó una retirada hacia la Ciudad de México, mientras el general Valencia caía derrotado. El convento de Churubusco también fue atacado el 20 de agosto.
A pesar de las peticiones estadounidenses para negociar la paz, Santa Anna decidió rechazar el armisticio y continuó la lucha. El 8 de septiembre se libró una batalla en Molino del Rey, y el 13 de septiembre, ocurrió la del Castillo de Chapultepec. Al día siguiente, comenzó la ocupación de la Ciudad de México.
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Los meses de la ocupación estadounidense
Tras la caída del Castillo de Chapultepec, cuya batalla quedaría inmortalizada con la historia de los Niños Héroes, las fuerzas estadounidenses avanzaron hacia el Zócalo, donde a la vista del pueblo mexicano, ingresaron a Palacio Nacional e hicieron ondear su bandera.
En los días posteriores, hubo enfrentamientos y, según citan las fuentes históricas, la resistencia no solo vino de los militares mexicanos ya mermados por la guerra, sino de la población que había visto cómo los invasores tomaron el control. La ocupación marcó un momento crítico para México, que enfrentó pérdidas significativas tanto en territorio como en vidas y vivió meses de hostilidades.
En su diario, el cabo Israel Uncapher, bajo el mando estadounidense, narró: “A plena luz del día marchamos y tomamos posesión de la ciudadela. Hubo muchos enfrentamientos callejeros hoy, y muchos de los nuestros resultaron heridos o muertos. Santa Anna y su ejército habían dejado la ciudad”.
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El fin de la guerra México-Estados Unidos
El conflicto concluyó en 1848 con el Tratado de Guadalupe Hidalgo, firmado bajo la administración del presidente Manuel de la Peña y Peña. Este acuerdo obligó a México a ceder una extensa porción de su territorio, que hoy corresponde a los estados de California, Nevada, Utah, Nuevo México, Texas, Colorado, Arizona, y partes de Wyoming, Kansas y Oklahoma. En el tratado, México renunció a cualquier reclamo sobre Texas, anexado previamente por Estados Unidos, y se estableció el Río Bravo como la nueva frontera.
Finalmente, el 15 de junio de 1848, las tropas invasoras terminaron la ocupación, y México recibió quince millones de dólares a cambio de los territorios cedidos.
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