Una de las construcciones más reconocidas de la cultura griega
Construido a mediados del siglo V a.C., el Partenón de Atenas pasó a la historia como uno de los íconos más importantes de Grecia. Aunque sus funciones han variado a lo largo de la historia, la construcción nació como un templo dedicado a Atenea, la protectora de la ciudad. Los griegos también la consideraban la diosa de la guerra, la artesanía y la razón práctica.
De acuerdo con Britannica, el Partenón fue parte del proyecto de reconstrucción de Atenas tras los estragos de las guerras Greco-Persas (492-449 a.C.). Pericles, un importante estadista griego, dirigió el proyecto y desvió fondos para -junto a otros imponentes edificios- levantar el Partenón. Este también funcionaría como la tesorería más importante de la Liga de Delos, una confederación de estados griegos.
«La construcción del Partenón comenzó en el 447 a.C. bajo la dirección de los arquitectos Ictinos y Calícrates, con la supervisión del escultor Fidias. El edificio se completó en el 438 a.C., y ese mismo año se dedicó una gran estatua de oro y marfil de Atenea, hecha por Fidias para el interior», menciona Britannica
No está del todo claro el primer propósito del Partenón, pues a pesar de ser un templo dedicado a Atenea, los arqueólogos no descubrieron ninguna clase de altar dentro. Entonces, probablemente los griegos no utilizaron el edificio para venerar a la diosa; sin embargo, sí pudo solamente haberse tratado de una muy lujosa tesorería que más tarde tomaría otros rumbos asociados con otras religiones, la guerra y el turismo.
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Los distintos propósitos del Partenón de Atenas
En los primeros siglos de la era común, la Iglesia bizantina tomó el templo y la transformó en una iglesia. Más tarde, durante el siglo VII, fue transformado en una catedral católica. Para despojarse por completo de la ideología de la Antigua Grecia retiraron, entre otras obras de arte, a la colosal estatua de Atenea realizada por Fidias.
Mucho tiempo después, precisamente en el año 1458, los otomanos tomaron la acrópolis de Atenas. Una vez más los invasores transformaron al Partenón para -esta vez- hacerla una mezquita y posteriormente un arsenal militar. Por mucho tiempo, estuvo bajo el control del Imperio otomano hasta que en 1687 los venecianos bombardearon la ciudad. Esto dañó gravemente al Partenón y en general, al legado de la Antigua Grecia.
«En 1801-03, una gran parte de la escultura que quedaba fue retirada, con permiso turco, por el noble británico Thomas Bruce, Lord Elgin, y vendida en 1816 al Museo Británico en Londres. Otras esculturas del Partenón se exhibieron en el Museo del Louvre en París, en Copenhague y en otros lugares, pero muchas todavía están en Atenas», señala Britannica.
Finalmente, en 1830 los griegos lograron independizarse del Imperio otomano y recuperaron al Partenón; sin embargo, no con todas sus partes y ya con todos los estragos de la historia encima suya. Aun así el templo logró conservarse lo suficientemente bien para hoy ser uno de los principales atractivos turísticos de Grecia, país que por mucho tiempo se esforzó en recuperar y reconstruir su patrimonio.
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