Hatshepsut se convirtió en un personaje importante para la historia de Egipto a pesar de los desafíos de gobernar siendo mujer.
Convirtiéndose en reina-faraón de Egipto en el 1473 a.C., Hatshepsut pasó a ser uno de los personajes más influyentes de la historia egipcia. Ella fue la hija mayor del faraón Thutmosis I que gobernó la dinastía XVII. Eventualmente, se casó con su medio hermano Thutmosis II que heredó el trono alrededor del 1492 a.C.
Hatshepsut, desde antes de tomar las riendas del poder, siempre estuvo rodeada de las figuras políticas más importantes de Egipto. Con su consorte, el faraón Thutmosis II, tuvo solo una hija llamada Neferura. Por ello, cuando falleció el faraón el trono pasó a Thutmosis III, su hijo nacido de Isis, una reina menos poderosa.
Por la inexperiencia del nuevo gobernador, Hatshepsut fue quien en realidad se ocupó del cargo como regente. Siete años después, fue proclamada reina y asumió la totalidad de las funciones de un faraón. Empezó a usar vestimentas que antes habían usado exclusivamente gobernantes masculinos.
De acuerdo con Britannica, Hatshepsut desde que ocupó el trono contó con un grupo privilegiado de funcionarios que ella misma escogió. Esto, sumado a sus habilidades política, le valió el reconocimiento de la élite egipcia. Uno de sus principales allegados fue Senenmut, supervisor de los trabajos reales y tutor de su hija.
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La relevancia sociopolítica de Hatshepsut
Uno de los méritos de Hatshepsut fue que su reinado fue especialmente pacífico. Antes de su periodo, los líderes egipcios preferían luchar contra sus enemigos; sin embargo, ella decidió que las políticas exteriores girarían en torno al comercio y no la guerra. Aún así, algunas fuentes arqueológicas sugieren que sí fue parte importante de una breve campaña militar en Nubia.
«Escenas más completas muestran la expedición comercial marítima de Hatshepsut a Punt, un centro comercial en la costa este de África más allá del extremo sur del Mar Rojo. Oro, ébano, pieles de animales, babuinos, mirra procesada y árboles de mirra vivos fueron traídos de vuelta a Egipto…», menciona Britannica.
Otro reconocimiento de la labor real de Hatshepsut fueron las construcciones. Entre otras obras aquitectónicas, destacan los templos de Amón y la remodelación del salón hipóstilo de su padre. Además, lideró la construcción de Deir el-Bahari (también conocido como el templo de Hatshepsut), una serie de templos funerarios frente a la antigua ciudad de Tebas.
Después de haber acompañado a su hijastro desde el trono, cada vez confío más en él y poco a poco fue delegándole las funciones del estado. Después de la muerte de Hatshepsut, Thutmosis III gobernó durante 33 años más y se encargó de eliminar la mayoría de las representaciones de su madrastra, pues creía que su periodo como faraón no debió haber sido interrumpido por una mujer.
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