El rostro más antiguo de Europa corresponde a un homínido que habitó el continente hace 1.2 millones de años. Posiblemente, fue un Homo sapiens.
El rostro más antiguo de Europa fue el de un Homo sapiens, según los restos encontrados en el yacimiento de Atapuerca. Justamente en este espacio fue que, en 2007, se habían encontrado los huesos más primitivos de homínidos del continente. Tras décadas de investigación, parece ser que un equipo de arqueólogos recuperó un pedazo de mandíbula de un ancestro primitivo de nuestra especie.
A partir de la datación realizada, se estima que este homínido habitó el continente hace 1.2 o 1.4 millones de años, como máximo. Los autores aseguran, a partir de la forma de la mandíbula encontrada, que este ejemplar pudo tener un rostro muy parecido al de un ser humano contemporáneo.
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El fósil se halló a sólo 2 metros del lugar donde se encontraron los restos que ostentaban el título antes. Fue Édgar Téllez, estudiante de doctorado del Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana, quien recuperó el fragmento de hueso en cuestión. El especialista encontró un pedazo de pómulo y de maxilar, donde antiguamente estaban incrustados los dientes.
A partir de un análisis más cercano de los restos, el equipo del centro determinó que el rostro más antiguo de Europa ya tenía características muy cercanas a los seres humanos actuales. Esto lo distanciaría del fenotipo clásico de los seres humanos primitivos en África, como el Homo ergaster o el Homo habilis, cuyas facciones todavía distaban de las nuestras.
Uno de los codirectores del yacimiento de Atapuerca, Eudald Carbonell, reconoce que es posible que hayan existido especies humanas más antiguas. Sin embargo, “este descubrimiento probablemente nos ayudará a conocer la especie que socializó Europa”, dijo el especialista a El País.
Con ello se refiere a que, posiblemente, los Homo sapiens más antiguos fueron los que establecieron poblaciones más numerosas y permanentes en Europa. Esto contribuye a la teoría de que los seres humanos primitivos en Atapuerca eran mayoritariamente cazadores y recolectores nómadas.
Los autores del estudio piensan que un análisis completo de los restos llevará, al menos, un año. El pómulo y el pedazo de maxilar encontrados podrían arrojar más luz sobre la dieta de estos homínidos primigenios, y por lo tanto, de su estilo de vida. Por ello, los integrantes del equipo de investigación están convencidos de que el hallazgo «obligará a reescribir los libros de evolución humana«.
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