Recostado en un contexto funerario, la escultura del joven dios del maíz podría representar a uno de los creadores del Universo maya.
En Palenque, la temperatura promedio del día se eleva por encima los 30ºC. Con el calor húmedo del trópico, la selva se reverdece con la fuerza de ojos de agua y cascadas que caen desde acantilados elevados. En medio del vigor tropical, en el estado sureste de Chiapas, en México, se alzó una de las ciudades más importantes para el antiguo Imperio Maya.
Por su impresionante estado de conservación, la UNESCO nombró al sitio arqueológico de Palenque como Patrimonio de la Humanidad en 1987. Tras décadas de investigación y hallazgos arqueológicos significativos, El Palacio —una de las estructuras principales del sitio— sigue escondiendo conocimiento de la cosmovisión maya.
Tanto así, que recientemente un equipo de arqueólogos del Instituto Nacional de Arqueología e Historia (INAH) en México descubrió la escultura de un joven dios del maíz maya. Acostado, como si estuviera a punto de ingresar al inframundo, podría ser uno de los creadores del Universo prehispánico.
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Un rostro de ‘características gráciles’
Durante su apogeo, alrededor del siglo III, Palenque fue «una de las ciudades más notables del mundo maya«, explica el INAH. Así como un centro de poder político, fungió como centro ceremonial. Aun con todo lo anterior, a los arqueólogos les sorprendió encontrar la escultura del joven dios del maíz enterrada casi por completo.
¿Te has preguntado alguna vez si quedan hallazgos por descubrir dentro de nuestras zonas arqueológicas? A pesar de lo que se podría creer, quedan muchas incógnitas dentro de nuestro patrimonio y muchos objetos ansiosos porque descubramos su historia.
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Se dieron cuenta de que estaba ahí porque, debajo de un montículo de tierra, sólo salía la punta de una nariz de piedra. Al remover la materia orgánica, los investigadores se encontraron con una pieza única de ‘características gráciles’, según la describió la institución desde su cuenta oficial de Twitter:
«[…] mentón afilado, pronunciado y partido; labios finos, pómulos finos y redondeados; y ojos, alargados y delgados. De la frente amplia, larga, aplanada y de forma rectangular, nace una nariz ancha y pronunciada.»
Como la escultura del joven dios del maíz maya se encontró en un espacio húmedo, los arqueólogos la sometieron a un proceso de secado paulatino. Posteriormente, comenzarán los trabajos de restauración, a cargo de especialistas de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC) del INAH.
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En las puertas del inframundo
De acuerdo con el INAH, la escultura del joven dios del maíz maya se encontró durante los trabajos de conservación de El Palacio, una de las estructuras principales del complejo en Palenque.
De acuerdo con los especialistas, la pieza fue el elemento principal de una antigua ofrenda, que simulaba la entrada al inframundo maya:
«La escultura es el eje de una ofrenda que se dispuso sobre un estanque, emulando el ingreso de la deidad al inframundo, en un entorno acuático», detalla el INAH en un comunicado.
De acuerdo con Arnoldo González Cruz, arqueólogo que formó parte del hallazgo, esta escultura muestra cómo era que los mayas entendían el ciclo de la vida del dios del maíz. Por la manera en la que la pieza fue dispuesta, “permite entender cómo los antiguos mayas de Palenque revivieron constantemente el pasaje mítico sobre el nacimiento, muerte y resurrección” de esta deidad antigua, concluye el especialista.
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