Los condes de Starhemberg, en Austria, querían preservar el color blanco en la piel de su hijo. Nunca lo expusieron al Sol. Éstas fueron las consecuencias.
El hijo de los condes de Starhemberg nunca conoció los rayos del Sol. lo que es más: cualquier contacto con el astro le fue prohibido de por vida. Sus padres tenían una única intención: preservar el color blanco y prístino de su primogénito, a toda cosa. Esta decisión radical provocó que, antes de que cumpliera dos años, el bebé terminara momificado poco después de morir.
De acuerdo con un estudio conducido en Austria, de donde la familia aristocrática era oriunda, los restos del bebé fueron depositados en la cripta familiar. Sus huesos revelan que su causa de muerte fue falta de vitamina D, que se obtiene directamente de la luz solar. Ya por ignorancia, ya por franco racismo, sus padres le negaron ese influjo natural.
Esta decisión le costó la vida.
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Una decisión radical
El bebé de la familia Starhemberg sobrellevó un proceso de momificación natural. Por el carácter hermético de su cripta, hecha completamente de madera, se conservó prácticamente intacto su tejido blando. Fue así como los investigadores a cargo del estudio encontraron «información crítica sobre su vida y muerte«, documenta Heritage Daily.
A pesar de que formaba parte de la corte, el cuerpo se enterró sin identificaciones. No fue hasta que se le aplicó una prueba de radiocarbono a los restos que los científicos de la Universidad de Múnich lograron datar su fecha de defunción, entre el siglo XVI y XVII. Sólo así, supieron cómo fue que terminó su corta vida: por la falta de exposición al Sol, el niño murió por raquitismo o escorbuto severo.
«Este es solo un caso», explica Andreas Nerlich, autor principal del artículo publicado hoy en Frontiers in Medicine, «pero como sabemos que las tasas de mortalidad infantil temprana generalmente eran muy altas en ese momento, nuestras observaciones pueden tener un impacto considerable en el reconstrucción general de la vida de los bebés, incluso en las clases sociales más altas”.
A partir de los restos del bebé momificado, los investigadores determinaron que sus huesos estaban gravemente afectados por falta de vitamina D. Con apenas 1 año de vida, el niño ya tenía sobrepeso cuando falleció. Aunque seguramente lo habían alimentado bien, el niño estaba completamente desnutrido.
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Múltiples malestares
Según la autopsia realizada, sus costillas ya estaban deformadas —así como otros de sus huesos. Esto se debió, explican los investigadores, a que posiblemente no caminaba ni gateaba. Y lo que es más: tenía los pulmones inflamados. Esto indica que seguramente padeció neumonía, un cuadro típico de los pacientes tempranos de raquitismo.
“La combinación de obesidad junto con una deficiencia severa de vitaminas solo puede explicarse por un estado nutricional generalmente ‘bueno’ junto con una falta casi total de exposición a la luz solar”, explica Nerlich, líder del estudio.
Con respecto a por qué tiene el cráneo deforme, los investigadores piensan que esto se debe a que la cripta era demasiado pequeña para el bebé momificado. Esto les sorprendió, ya que fue ataviado con un abrigo largo de seda. Estos contrastes ponen en duda la identidad del niño, explican los autores. Por las características del entierro, lo más probable es que éste fuera «el primogénito de un Conde de Starhemberg», concluyen en un comunicado.
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