Arqueólogos de la Universidad de Salamanca encontraron en un sitio de la Edad de Hierro un fragmento del tocado de Hathor, la diosa egipcia del amor.
Los primeros hallazgos salieron a la luz en agosto de 2021. En la cima del Cerro de San Vicente, cerca de Salamanca, un equipo de arqueólogos encontró una antigua residencia de un comerciante acaudalado. En aquel entonces, asumieron que tenía contacto con los fenicios y otras civilizaciones de la Edad de Hierro. Más de un año más tarde, en el mismo sitio, los investigadores encontraron los restos de un antiguo amuleto de Hathor, la diosa del cielo y la protección.
La excavación fue liderada por Antonio Blanco and Juan Jesús Padilla, investigador de la Universidad de Salamanca. El fragmento de Hathor, explica el especialista, es parte de un ‘rompecabezas arqueológico’, del que todavía no logran hacer mucho sentido. Esto es lo que sabemos.
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El último fragmento de un tocado de oro divino
Como hija del dios Ra, Hathor se representó como una mujer con dos cuernos bovinos, que enmarcaban un disco solar. Así como otras deidades egipcias, a ella se le atribuían dualidades marcadas: por un lado, era la diosa del amor, la sexualidad y la maternidad; sin embargo, también era conocida por su intenso carácter vengativo. Una diosa con matices, sin duda.
Parece ser que la influencia de Hathor alcanzó la actual Salamanca. Específicamente en el Cerro de San Vicente, una de las tres colinas que abrazan a la ciudad hoy en día. Aunque el asentamiento no es propiamente egipcio, a los investigadores les llama la atención que se han encontrado una amplia diversidad de fragmentos cerámicos y sagrados en el sitio, venidos del Mediterráneo Oriental.
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Este verano, se encontró un fragmento de taracea: una antigua técnica artesanal para pavimentar, vestir paredes e incluso esculpir. Fue así como se construyó una efigie de Hathor, que vino a dar a Salamanca. Aunque gran parte del rostro se perdió, un fragmento pequeño del tocado se conserva. Antiguamente, se le recubrió con hoja de oro.
Un regalo para la nobleza
Los investigadores diseñaron un gráfico que representa a qué parte del rostro pertenece el fragmento que encontraron. Aparentemente, podría ser la parte baja de un tocado, o los rizos del cabello de la diosa. Lo que más les maravilló es que este tipo de representaciones se regalaban sólo entre miembros de la realeza, ya que Hathor era la madre de Horus.
«[Las representaciones de Hathor] estaban conectadas con la realeza, y por lo tanto ella era la madre simbólica de sus representantes terrenales, los faraones», documenta Heritage Daily.
Parece ser que el fragmento de Hathor encontrado en Salamanca se pegó al resto de la pieza con un pegamento especial. Padilla espera que, con las pruebas de laboratorio que se le aplicarán, encuentren rastros de este material adhesivo.
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