«Que este colmillo arranque los piojos del pelo y de la barba», fue el conjuro contra piojos inscrito en un peine de marfil encontrado en Israel. Ésta es su historia.
Sucedió en el sitio de la antigua ciudad hebrea de Tel Lachish, en Israel. Construida en la Edad de Hierro, es una de las primeras urbes amuralladas de las que se tiene registro en el país. En una excavación realizada conjuntamente por la Universidad Hebrea de Jerusalén (HU) y la Universidad Adventista del Sur, en Estados Unidos, los investigadores encontraron un peine de marfil —y se sorprendieron de que tenía un conjuro contra piojos.
Inscrito en cananeo antiguo, el encantamiento se lee sobre el ‘lomo’ del peine. Con dientes de ambos lados, se estima que se diseñó hace aproximadamente 3 mil 700 años. Los científicos comprobaron que el marfil se obtuvo de un colmillo de elefante, y que el mensaje fue grabado «de manera muy superficial», explican en un comunicado.
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Aunque el peine se desenterró en 2017, no fue hasta recientemente que el conjuro contra piojos se pudo leer. Sobre todo, según la doctora Madeleine Mumcuoglu, porque no había sido limpiado correctamente. Con apenas 3.5 centímetros de largo y 2.5 de ancho, sus bases son todavía visibles. Sin embargo, después de más de 3 milenios, la mayor parte de las cerdas se perdieron.
Lo más impresionante es que el encantamiento está escrito en cananeo, una de las lenguas más antiguas de las que se tiene registro en Israel. Los investigadores señalan que el alfabeto se inventó hacia el año 1,800 a.C.:
«La primera fase del alfabeto cananeo, con sus letras pictográficas arcaicas, no nos resulta del todo clara», escriben los autores en el estudio, publicado en ‘Jerusalem Journal of Archaeology’. .
Los arqueólogos piensan que el cuerpo del peine está erosionado por la presión que ejercieron las personas al usarlo. Especialmente, si tenían que arrancar piojos de la cabeza o la barba de algún paciente. Para ello, detallan los autores, había 16 cerdas muy finas. Además, descubrieron que tenía 6 diéntese gruesos, posiblemente usados para desenredar nudos molestos en el cabello.
Lo más curioso es que las cerdas para quitar piojos se parecen mucho a las contemporáneas, apuntan los científicos en Israel. El conjuro contra piojos se lee como sigue: «Que este colmillo arranque los piojos del pelo y de la barba». Ésta es una de las pruebas de cómo las inscripciones mágicas se entretejían con las actividades cotidianas de las personas —y arroja luz sobre el transcurrir de la vida en la Era de Hierro.
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