Una familia británica encontró la cabeza de una momia decapitada en el ático de su casa. Parece ser que perteneció a una mujer hace 2 mil años.
Quizá lo último que cualquier persona quiere encontrarse en el ático de su casa es una cabeza sin cuerpo. Más aún si está momificada. Eso fue lo que le pasó a una familia en Kent, al sureste de Gran Bretaña: en una limpieza profunda de su bodega personal, encontraron el cráneo de una momia egipcia decapitada.
Sólo estaba la cabeza. La noticia le dio la vuelta al mundo. Por la magnitud del hallazgo, arqueólogos de Canterbury Christ Church University intervinieron en el predio para examinar los restos. Tras analizarla con un escáner especializado, se dieron cuenta de que perteneció a una mujer egipcia hace 2 mil años.
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Un regalo del siglo XIX
Los análisis se llevaron a cabo en Maidstone Hospital. Se realizaron escaneos y radiografías con rayos X, de manera que los científicos pudieran ver qué escondía la momia egipcia recientemente encontrada en Kent. Después de las pruebas, los investigadores determinaron que una dieta ‘estricta’ había desgastado los dientes de la mujer, pero su lengua estaba prácticamente intacta.
Cuando analizaron la cavidad donde debería de ir el cerebro, los arqueólogos se percataron de que había sido extraído durante el proceso de momificación. Según los registros de Canterbury Museums and Galleries, la pieza había sido un regalo de dudosa procedencia, que llegó a la institución en una caja de cristal en algún punto del siglo XIX.
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Después de una limpieza profunda
James Elliott, profesor de radiografía de diagnóstico en la Universidad Christ Church de Canterbury, fue uno de los científicos encargados de procesar las imágenes de la momia decapitada. Sobre su procedencia, sugiere que regalar momias era una práctica decimonónica común:
“Durante la época victoriana, artículos como este solían traerse de Egipto como recuerdos y es posible que se hayan transmitido de generación en generación a la persona que los poseía», explica el especialista en un comunicado.
Por esta razón, no es extraño que la cabeza fue encontrada en el ático de una casa en Kent, tras la muerte del propietario. Este tipo de regalos se suman al amplio acervo de costumbres que los británicos tenían en torno a las momias egipcias. Ingerirlas para sanar ciertas partes del cuerpo también figuran entre ellas.
El equipo de investigación, sin embargo, trasciende el morbo que el caso ha generado alrededor del mundo. Al respecto, Dana Goodburn-Brown, conservadora arqueológica que formó parte de la investigación, asegura que el estudio está realizado desde la sensibilidad que los restos merecen. Sólo así, concluye la especialista, «esperamos obtener una mejor comprensión del individuo al que pertenecía la cabeza y brindar el cuidado de conservación adecuado para sus restos».
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